martes, diciembre 16, 2008

Contrastes


No es un secreto para nadie que me gusta la narrativa inmersiva, esa prosa que describe hasta el último detalle y con estilo atrapa al que la lée. Una vez embebido en el relato, un cambio de velocidad, o de timón, un contraste bien medido, logra sacar al lector de la inmersión y es como si le dijera: ¡epa, despierta! Esta técnica es fácilmente identificable en películas, música y con un poco de práctica también se le puede reconocer en pinturas, fotografía, esculturas o cualquier manifestación artística.

Es así como en el medio de una descripción totalmente formal a veces se cuela una frase soez, o cambia el tema a algo totalmente inesperado. El contraste despierta y produce interés -dice la teoría de la comunicación-. Y en realidad la comicidad es sólo eso: un atajo, un cambio de un relato que creíamos que terminaba de una manera hacia algo completamente inadvertido.

No sólo el arte, sino la vida misma se nutre de contrastes. Muchas veces me ha pasado que alguien resulta ser muy diferente –para bien- a lo que aparentaba. Y que placer produce encontrar a alguien humilde cuando se profundiza en una relación que parecía ser todo lo contrario en la superficie. Por alguna razón ese contraste se disfruta más. O Yel y yo que somos tan diferentes en algunas cosas, tanto que nos complementamos. O el cambio de aire en unas vacaciones. O también las diferencias que me ha tocado vivir entre Latinoamérica y Australia. O mi interés en opiniones diferentes a las mías –las disfruto más que las que concuerdan conmigo, no es de estas últimas de las que voy a aprender algo nuevo-. Todos esos contrastes hacen una vida más rica y provechosa: la vida es –no hay duda- un juego de contrastes.

Pero hay que saber diferenciar los contrastes fructuosos de los chimbos. Porque hay gente que se dedica a coleccionar contrastes chimbos, por ejemplo: en mi tierra de contrastes, donde el pobre y el pudiente parecen de diferentes países, con acento e idiosincrasias diferentes, allá se ven –adicionalmente- los siguientes contrastes: misiones de ayuda que no ayudan sino que crean clientelismo, desempleo y desabastecimiento; una democracia que sataniza a todo aquel que disienta; niños angelicales adoctrinados en los colegios para declamar poemas y alabanzas al che o al mismísimo Esteban; regalo de dinero a otros países compinches de doctrina –mientras la pobreza y delincuencia galopa libre en el país-. Y muchos dirán que el colmo de la contradicción: todo eso se mantuvo y empeoró mientras el barril de petróleo estuvo entre 80 y 120 dólares en un país rico en ese mineral.

Pero para mí ese no es el peor contraste. Agarra este: enmienda constitucional. Coño, ¿qué no es el colmo de lo contradictorio el adjetivar de constitucional, y por ende democrático, a algo que le daría la posibilidad a Esteban de quedarse en el poder hasta el 2000 siempre? ¿Qué tiene eso de constitucional y democrático? ¿Cuál es su intención? Y lo de enmienda. Se enmienda algo que se hizo mal bajo buena fe, es como un “perdón, me equivoque, hay que enmendarlo” Pero esto es un vulgar engaño donde poco a poco se intenta empujar con la barriga las intenciones de un dictador que pretende eternizarse en el poder. Eso de enmienda constitucional es algo así como un ateo cristiano, o un caraquista magallanero, o un mentiroso sincero; es algo que no pega, es discordante, es un contraste chimbo.

Los contrastes en mi país son tan comunes que se han hecho cotidianos. Nos hemos acostumbrado a que todo el tiempo la mata se esté moviendo. Pero dentro de ese mar constantemente picado, mi pana, esta es una Tsunami, es el contraste que contrasta con los demás contrastes. Si le dan a Esteban el tiquete hasta el 2000 infinito: ¡uh, ah, ese no se va! Sólo espero que con esta gracia, como una frase soez en el medio de la narrativa inmersiva, se despierte la gente y sus lideres, y puedan hacer retumbar un sonoro: “¡verga, NO!”.

lunes, diciembre 08, 2008

De la Langue Inglaise (2)

Pour: Bertrand@france.com.fr
De: Thierry@perth.com.au
Subject: Re: Re: Me imigration /adaptation a l’Australie

Quoi? No Bertrand. Je conozque gent qui ha sobrevivié en l'Australie con une inglaise poubre, mas c’est un risque additionnel! Et ahors con une crisis financiere… par dieu!

C’est une grande advantage apprender l’inglaise le mais qui vous pudez antes de venir a l’Australie. Le conceille de venir sin inglaise est le pioure conceille que je he escuché.

A la prochaine,
Thierry

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Pour: Thierry@perth.com.au
De: Bertrand@france.com.fr
Subject: Re: Me imigration /adaptation a l’Australie

Thierry, tout bien? Desfortunement, mi inglaise est todavie poubre. Mas je escuché qui puedo ir a l’Australie aussi, qui egalement je conseguiré travaille! Que-est que vous pensez?

Bertrand

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Pour: Bertrand@france.com.fr
De: Thierry@perth.com.au
Subject: Me imigration /adaptation a l’Australie

Bonjour Bertrand!

Comme ça va? Est-que vous est bien? Moi, je estoi mui bien. Ja ha 3 meses que estoi en Perth. Je estoi travailliant pour un enterprise du sector minero. Tres Jolie! Quand est-que vous vienez pour l’Australie?

L’unique probleme que vous puedez tenir en Australie est con l’inglaise. Ne ha chose le mais important et ao misme temps olvidé pour les futures imigrateurs que la langue inglaise. Pour vous se figurer, l’Australie pued ser le ciel ou l’infiern en dependent de comme la personne parle l’inglaise.

Je vous adviert, l’exam d’inglaise presenté pour imigrer a l’Australie, l’IELTS, ne est une indication de que vous tienez le nivel adecuat pour enconter travaille aquí. Si vous est sincere con vous misme, vous sabez si vous parlez ao nivel adecuat. C’est ça!

Imaginez! Ja vi de messiers les imigrateurs que vient sin travail, con un petit budget, con familie et sin inglaise suffisant. Par dieu! Quelle combination dangereuse! Alguns disent que vant apprender en travailliant. Je ne pense que vous puedez encontrer un travail en Australie sin parler l’inglaise! Est-que vous puedez encontrer un travail en France sin parler français? Misme pour apprender l’inglaise aquí, c’est mui caro! con familie, con pression, con la rente de la maison, l’epouse en se quixando… Definitivement l’inglaise tiens que ser matrissé anteriorement a venir aquí. Ao menois que vous vienez pour estudier con le correct budget et plan, clarement!

Aussi est Bertrand, vous tenez que melhorer votre inglais. Comme hacer? Ne ha un formule magique, cade un tiens un manniere different d’apprender outre langue. Je conozque personnes aquí que tiens 10 annos en Australie et todavie ne parlant inglaise correctement. Aussi misme, je connais personnes en France que jamais han vivié à un pais extrangier que parlant l’inglaise parfaitement.

Ha un chose que est important en apprendent un nouvelle langue, c’est mantener la teste comme un infant. Oui, oui! Penser et agir comme un infant, nunca dexar de se surpriser pour les petit choses, de se maravillier pour la liason entre la comunication et las emotions. Parler un nouvelle langue est mui emocionant. C’est comme les infants pensant, et pour esse est que elles apprendent tan rapide.

Ha une chose additionnel Bertrand. En Australie (et en quelquer lugar du mond je pense) les personnnes vous tratent comme vous parlez. Si vous parlez inglaise poubre, vous est en risque de ser traté comme ignorant. Si vous parlez bon inglaise, enton vous aubre tous les portes.

Remenbrez Bartrand, parler bon inglaise est possible en cort temps! Ne dexez que nadie vous digez le contraire. Vous seulement tienez que vous esforzer.

A bientôt!
Votre ami, Thierry.

lunes, noviembre 24, 2008

La invasión de los cyborgs

“Y ahora todo es culpa de los pitiyanquis” repetía el tipo una y otra ves. Lo dijo 200 veces antes de la torta, lo remachaba durante la piñata, lo coreaba durante el cumpleaños feliz. “Pitiyanqui esto, “pitiyanqui aquello”. Y yo permanecía callado. Si acaso le respondía con la sonrisa cabizbaja que uno esboza de cara al piso cuando algo te da vergüenza, porque en el fondo lo que me provocaba decirle era: “pero bueno pana ¿Y quién demonios son esos pitiyanquis?”

Confieso que no leo mucha prensa venezolana en línea. Nunca me lo propuse así pero desde que pisé Australia es muy poco lo que leo. Soy excesivamente práctico –mi defecto- y hace tiempo que perdí la expectativa de encontrarme algo esperanzador por allá. Sin embargo, los últimos sucesos a nivel mundial, más las recientes elecciones regionales –con chance real para los opositores- me han llamado la atención y comencé a leer.

¿Qué ha cambiado? En realidad poco. Hay nuevos términos como los “pitiyanquis” que presumo son “petit yanquis” para referírseles despectivamente, pero el discurso anti-norteamericano no ha cambiado mucho, más bien se ha intensificado; resulta conveniente. Es muy fácil conseguir aliados, particularmente a nivel internacional, entre los que adversan al imperio del norte, y además internamente tiene ese efecto aglutinador de “nosotros-David” contra el “imperio-Goliat”. Mientras tanto, Venezuela está haciendo negocios increíbles con el imperio, las relaciones económicas bilaterales nunca estuvieron mejor –si se les puede llamar así porque los negocios parecen favorecer mucho más al imperio que a los venezolanos-. Bien lo decía Rochefoucault: “La hipocresía es el homenaje que el vicio le rinde a la virtud”

Pero volviendo al asunto pitiyanquístico, el presente año ha visto episodios más o menos dramáticos, y por instantes la pugna en los micrófonos y la diplomacia parece haber transcendido lo suficiente como para que un enfrentamiento sea considerado. En el nefasto y tristísimo caso de una invasión pitiyanqui a la tierra de los comedores de arepa, estoy seguro, Obama usaría algo diferente a las tropas marines que ahora ocupan varios rincones del mundo. Siendo Obama un tipo moderno, usaría los soldados del futuro, humanos con exo-esqueletos bio-mecánicos, cyborgs de última tecnología que están en desarrollo en este momento, dada la naturaleza tracalera de su adversario. Los caribeños nos defenderemos ¿pero con qué? Si el elegante portador de la verruga ya le habrá regalado toda la plata a otros países y además el barril de petróleo estará en 30 dólares. No será con armamento ni recursos que nos defenderemos, será con psicología, con inteligencia, con eso será.

Porque estos Cyborgs llegarán a la capital y cuando saquen sus tanques oruga, sus super máquinas de avance terrestre, van a volverse mierda con los huecos de Caracas. No hará falta ni lanzarles un petardo, ellos solitos caerán en los 40 huecos de la avenida Lecuna –aunque Bernal diga que sólo hay 12 huecos sin tapar en toda la ciudad- y se les quebrará la punta de eje, botarán el diferencial. O se quedarán colapsados en la autopista del Este, a cualquier hora y en cualquier dirección, y tendrán que negociar el paso con un fiscal de tránsito vestido de tamarindo, el cual se cree dueño del magnánimo gesto de “tú no pasas ahora”, “tú sí”, “tú no todavía, tu te quedas allí hasta que me dé la perrísima gana”. Y que ni se les ocurra rozar a una moto porque enseguida estarían rodeados por motorizados, una nube de avispas metálicas que les trancarán el paso, los escupirán, les darán cascazos (si los cargan) “y qué pasó apá, vas a revirá, vente pues, vente robotico e’ mielda, vamo'a dano, que’s lo ques, ay apá, ete como que’s algolla”. O serán atracados por malandros invisibles, mucho mejor armados que ellos, que salen de la nada y en la nada se desvanecen dejándolos en ropa interior y si acaso con cinco mil bolos para que se paguen el pasaje o llamen a su mamá.

Y cuando tras mucho esfuerzo lleguen a Miraflores o a la asamblea nacional y vean a los asambleístas o al gabinete de ministros, dirán: “ya va, un momentico ¿estos panas no son Ultraman, Robocop y Terminator que mandamos en la invasión pasada hace aaaaaaaaños? ¡Míralos allí instaladísimos haciendo chanchullos también! ¡Se metieron a políticos y se quedaron pana!". Y así poco a poco los invasores quedarán diluidos entre la población local, desperdigados y confundidos. Algunos se empatarán con una come-viáticos y vivirán para pagarle la operación de lolas o el capricho de turno. Otros acabarán enloquecidos, caminando por la ciudad al lado de los indigentes, recogiendo latas, revisando la basura para sobrevivir. A lo mejor algún cyborg reconozca a uno de sus camaradas mientras huelen pega debajo del puente de las Mercedes:

- Disculpa pana ¿tú eres venezolano o cyborg?
- No sé. No me acuerdo. Pero más chavista será tú madre ‘esgraciao.

Y sólo entonces se darán cuenta que la invasión ha fracasado.

miércoles, noviembre 19, 2008

Saudades qui manquent

Del portugués brasilero aprendí la palabra “Saudade”; esta es “uma espécie de lembrança carinhosa, de um bem especial que está ausente acompanhado de um desejo de revê-lo ou possui-lo”; es como un recuerdo entrañable. Los luso-parlantes se regodean diciendo que no existe una palabra equivalente en otro idioma. No se traduce como nostalgia porque esta lleva adosada un dolor, un recuerdo que deprime y hace daño. La saudade no duele, es más bien una remembranza dulce, o tal vez agri-dulce: es como un recuerdo que pica, a veces arde, a veces causa placer y el disfrute prevalece; es como esa herida a medio cicatrizar que nos eriza al frotarla con las sábanas, y la rozamos de nuevo, no queremos que acabe, nos arde, nos punza, pero gusta.

Del francés parisino asimilé el verbo “Manquer”; la frase en francés “tu me manque” expresa un sentimiento poderosísimo. El cerebro demora en asimilar que una extremidad amputada ya no está allí, y el miembro imaginario puede llegar a picar, doler, sentir frío o calor; “tu me manque” es mucho más que “I miss you” o “me haces falta”; si alguien te manca es como si sintiera que estás allí con todos los sentidos, no hay recuerdo porque virtualmente no falta nada, hasta que un día ves y ya no está, y allí se extraña, pero en la cotidianeidad se vuelve a olvidar que no está, y se vuelve a mancar.

Pero la palabra que aún no he conseguido en ningún idioma es la necesaria para expresar saudade por aquello que deseamos poderosamente, pero que no ha ocurrido y que tal vez no ocurra. Con el pasar del tiempo los adultos nos hacemos más adultos, menos niños, menos imaginativos y soñadores, y tendemos a coleccionar muchas de estas “saudades que mancan”.

Hace muchos años, cuando soñaba más, escuche una canción del maestro Sabina que decía: “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”. Obviando la carga negativa del vocablo “nostalgia”, eso se parece mucho a la palabra que busco.

lunes, noviembre 17, 2008

Bati-cumpleaños

Un día Yel me comentaba que unos amigos australianos no celebraban el cumpleaños; decían que eso era una fiesta pagana, que ¿para qué celebrarlo? En seguida fruncí el seño y muy consternado le respondí en caribe rabioso: “¿como que pa’qué? pues, pa’rumbear, pa’joder ¿pa’que más?”. Yel soltó una carcajada y luego del ataque de risa quedamos de acuerdo en que, sí, un cumpleaños se tiene que celebrar y punto final.

¿Pero cómo celebrarlo? Esta semana cumplo años y esa es la pregunta que me hago. Cavilando mucho al respecto, he compilado la siguiente lista de posibles formas de celebrar un aniversario –o quizás sea un inventario de típicos personajes y formas de festejar su cumpleaños:

- Está el Guasón; siempre cagado de la risa, que conoce a todo el mundo; este es de los que hacen la mega rumba del siglo, con rios de “güisky”, copiosas bandejas de comida, banda en vivo, casa full de gente de los cuales sólo al 2% les tiene confianza como para pedirles un favor. Al final de la fiesta el Guasón casi siempre se emborracha porque –este es mi güisky, mi casa, mi comida, y para eso tengo bastante plata para tirar para el techo, no joda-

- ¿Y se acuerdan de Ma Parker? la mamá bonachona que siempre está tejiendo y protegiendo a sus hijos. Ma Parker sólo celebraría su cumpleaños con su familia y, si acaso, algunos allegados muy cercanos.

- También está el Rey Tut. Este era aquel gordito con la barba de chivo que se creía la reencarnación de Tutankamon. El Rey Tut sufría de amnesia y cuando invita a su cumpleaños en un restaurante, siempre se le olvida aclarar que los invitados tienen que pagar por todo lo que consuman.

- Y tenemos al acertijo; le encanta una adivinanza, siempre está pendiente, preguntando, averiguando quien le está organizando la fiesta sorpresa de su próximo cumpleaños.

- Igualmente aparece el pingüino; siempre con esas entradas espectaculares a rapel o volando con su paraguas. El pingüino celebraría su cumpleaños tomando un riesgo excitante: tipo lanzándose de un puente en bungee, o practicando parapente, o montándose en un globo.

- O se hace como doble-cara que es de los que siempre dice que no le gusta celebrar su cumpleaños pero que está súper pendiente de que quien lo llama o le regala algo. Y que ni se te ocurra mandarle sólo un mensajito SMS o por el facebook. ¡Te hace la cruz!

- Muchos también celebran como el Sr. Frio que el día de su cumpleaños lo congela todo y mira hacia atrás para reflexionar, esperando haber hecho algo bueno con su vida y la gente que lo rodea.

- Claro, también está el que celebra todos los días; aun si no es el día de su cumpleaños. Estos, no necesitan personaje. Después de todo, la vida ya es una tira cómica.

jueves, noviembre 13, 2008

Hija de tigres (3): educando a una tigrita

Estas cosas pasan cuando se educa a una niña en una ciudad capital de un país desarrollado. Hace año y medio inscribimos a Viv en clases de gimnasia rítmica; a ella le llamaba la atención, las clases quedaban cerca, sin mayores pretensiones. En la competición de la foto Viv ganó una medalla de plata. La del centro, esa es la entrenadora. ¿Parece que no rompe un plato, verdad? Resulta que esta instructora ya ha ganado dos veces seguidas la competición de Miss Fitness Australia, que tratándose del país con más deportistas per cápita del mundo, no es una tontería. Aquí está el video de la entrenadora de Viv cuando ganó la competición; en el video, sin duda, esta chica rompe un plato -y toda la vajilla también.

Cuando Viv se supo entrenada por semejante personalidad, el factor motivación pegó un salto cuántico y del tiro Viv se aprendió la coreografía de tanto que la siguió en youtube. De allí, Viv pasó a mostrar la coreografía en la clase, se la enseñaba a sus compañeras, y hasta le han encargado la clase a Viv por algunos instantes. La entrenadora está contentísima con nuestra hijita: la promueve, solicitó que la pusiéramos a hacer ballet, nos ha hablado del futuro de su “carrera”. Veremos a donde llega todo esto.

La entrenadora se enfoca en Viv porque piensa que tiene un talento natural. Igual pasa en la escuela primaria y secundaria en Australia; los profesores detectan a los alumnos aventajados y los promueven de diferentes maneras: los aconsejan más, les recomiendan materias, ponen a los alumnos talentosos juntos en una misma aula donde les imparten conocimientos más avanzados. Y los alumnos con rendimiento normal o subnormal van en otros salones. En realidad cada docente parece estar entrenado para entregar al final del año escolar una curva de Gauss con, digamos, 20% de estudiantes con excelente rendimiento, 60% con rendimiento normal y 20% con rendimiento debajo del promedio.

Nótese que en Australia se buscan talentos naturales, no inducidos o forzados, porque generalmente a los estudiantes no se les exige gran cosa. La función de un docente es vista no como alguien para elevar el rendimiento del estudiante, sino para enseñar y además detectar los estudiantes que pueden aprovechar mejor los conocimientos. Esto es así por varias razones: primero porque no todos pueden ir a la universidad, Australia también necesita técnicos y trabajadores, que por cierto tienen ingresos bastante decentes; y segundo, porque –como en todo país desarrollado- no sobran los recursos como para dedicarlos en estudiantes que no rindan; ellos quieren promover a los que rinden en forma natural, a los que sacan buenas notas sin que se les exija.

Es por eso que los que provenimos de otras culturas, donde siempre se intenta elevar el rendimiento de todos así se desperdicien recursos, al principio nos sentimos ofendidos por este sistema y acusamos a Australia de promover mediocridad. Y es verdad, se promueve mediocridad. Ejemplos sobran:

- Si un estudiante de secundaria va mal en química y los padres piden consulta, la recomendación del profesor es que retire química -que él no sirve para eso.
- Si un niño de primaria ya lee bien, la maestra ya no le corrige la tarea. Sólo confía en que él la haga por su cuenta.
- En el sistema secundario hay un sistema de materias electivas que privan varias carreras universitarias. Muchos profesores deliberadamente aconsejan materias electivas que sólo llevan a carreras técnicas cortas.
- Si se analiza el contenido de las materias se nota también la misma filosofía: el contenido es relativamente escaso, particularmente en secundaria –porque es ineficiente enseñar tanta cosa a un estudiante que probablemente no lo vaya a usar.

Pero si se analiza el sistema educativo australiano desde la perspectiva local, este sistema entrega lo que Australia necesita: líderes profesionales naturales, trabajadores medios, y mano de obra no calificada, cada uno en su justa proporción de acuerdo a una curva de Gauss (aunque a través de los años este sistema ha fallado en entregar profesionales técnicos y aquí es donde los inmigrantes entramos en la ecuación –tema para otra oportunidad) En fin, después de todo, el sistema mediocre no es tan mediocre, sino más bien “inteligente”; una muestra es este ranking mundial de lectura, matemáticas y ciencia.

Este sistema educativo puede ser bastante retador para un padre que tiene aspiraciones universitarias para sus hijos. Además de que el sistema deliberadamente aleja al estudiante de la universidad, el sistema es muy discrecional; el destino del estudiante no es gobernado por evaluaciones imparciales sino más por la percepción del docente de turno o en el mejor de los casos, de la junta directiva de la escuela o colegio. Todo esto significa que el padre tiene que estar allí, involucrado todo el tiempo, tanto para que el niño estudie y haga las tareas –porque la escuela no lo exige, aunque si lo evalúa- como para que los maestros y profesores tengan una buena percepción –dada la discrecionalidad. Hay que hacer “networking de colegio”: hablar con los maestros, otros padres, enterarse de cuales son las tareas importantes, de cuales son las debilidades y fortalezas del niño. Si no es así, el padre nunca se entera, el niño se atrasa, y así se compra la mediocridad que este sistema vende.

Afortunadamente para nosotros nuestra niña es muy estudiosa y sociable. Sale bien porque le gusta, es natural, y se beneficia de la mejor parte de este sistema educativo –y es promovida. En este momento estamos evaluando colegios secundarios para ella –sí, a más de tres años antes de entrar en secundaria, hay listas de espera largísimas. Y aunque la tendencia mediocre es la misma en el sistema privado o público, en nuestra evaluación gana el sistema privado por lejos. Razones y argumentos en un próximo post.

lunes, noviembre 03, 2008

Ernesto 136


Era un día cualquiera de playa en Perth cuando divisé a Ernesto a lo lejos. Allí estaba él sentado en la arena con su esposa, enrollado en un suéter, ocultándose atrás de unos lentes oscurísimos, abajo de un sombrero aussie que lo protegía del sol. Teníamos bastante tiempo sin haberlo visto y nos acercamos a saludarlo: -¿Cómo está todo, Ernesto?-. Nos dijo que todo bien, que el trabajo andando. El tono de la respuesta y las ojeras bajo los lentes me hicieron sospechar que no todo estaba tan bien. Profundizando poco a poco lo confirmamos: -Coño Ernesto ¿Qué te pasa viejo?-. “Nada, no pasa nada pana” nos mintió, antes de sincerarse. Lo que nos contó enseguida, me hizo recordar algo que llevo presente desde entonces: pocas situaciones te dejan con esa sensación de desamparo como cuando acabas de nacer; una de ellas es inmigrar con familia y sin trabajo a un país que no conoces.

Pero esta historia no comienza aquí; este cuento comienza en Venezuela, al menos dos o tres años antes. Ernesto, muchacho treintón temprano, recién casado, había aplicado a una visa de residencia permanente para venir a vivir y trabajar a Australia. Ernesto, como muchos, despotricaba de todo sobre el país que lo vio nacer. En Venezuela todos criticamos, claro, pero no con la saña de Ernesto: “es que la gente aquí es desordenada”, “aquí sólo sobreviven los vivos y corruptos, por eso me voy, allí les dejo su porquería de país”. Exceptuando ese detalle, Ernesto llevaba una vida normal, con trabajo, amigos, familia, esposa y todas sus relaciones en orden.

Ernesto llegó a Australia en una visa 136 de residencia permanente, sin trabajo, con un buen inglés, una maleta llena de ilusiones y muchísima determinación. Algunos de sus compatriotas le ofrecieron la típica ayuda de “escribe esto en el CV” o “para conseguir trabajo necesitas tales contactos”. Ernesto se sintió abrumado por todos los consejos no solicitados y así nos lo hizo saber: “¿será que estos creen que soy tonto?” nos decía. Sin embargo en ocasiones sintió lo contrario, que no lo querían ayudar, cuando no consiguió la recomendación que sí solicitaba. En fin, Ernesto a las pocas semanas después de llegar consiguió lo que buscaba: un trabajo en su profesión.

Un buen día Ernesto me dijo: “los venezolanos aquí son chismosos, todos se meten en la vida de todos. Además son unos engreídos, se aíslan, no se integran con la sociedad australiana”, y siguió: “… ¿para que me voy a venir aquí tan lejos? ¿para andar con venezolanos? Si de ellos es que me vine escapando...” Con el transcurrir de los días pude constatar que las últimas amistades de Ernesto eran ciertamente algunos venezolanos que tenían esta línea de pensamiento apátrida, pro-adaptación social al país de adopción; recuerdo que así había muchos compatriotas en la Florida y en Europa, es más, esta actitud es típica nuestra, pero de todos el más radical me parecía, hasta ahora, Ernesto, por el tono y la frecuencia de sus embestidas.

Con su nuevo trabajo Ernesto se mudó. En su nuevo vecindario Ernesto hizo una fuerte amistad con un señor mayor latinoamericano retirado, que había llegado a Australia hacia muchos años. Tenía tanto tiempo aquí que había perdido el acento original en español de su país, tanto que ni recuerdo de cual país era. Ernesto y este señor se hicieron grandes amigos, eran casi como padre e hijo. Coincidencialmente el señor también tenía una visión de asimilación a Australia a ultranza y veía con malos ojos a los inmigrantes latinos recientes, diría yo que los prejuzgaba como pocos dados a adaptarse. ¿Por qué? No se. O quizás sí se: tiene razón que muchos latinos no quieren adaptarse (así como muchos británicos, sudafricanos, o de cualquier origen), en gran parte porque pocos quieren asimilarse en los términos que este señor definía. En un par de ocasiones compartimos las tres familias y pude escuchar recomendaciones como estas: no es bueno tener muchos amigos, no hagas amistad con tus compatriotas –eso no te ayuda a adaptarte-, aquí se duerme a las 8:00pm y nos levantamos a las 5:00am –tú debes hacer igual, ¿los domingos? Sólo se ve el footy –y tu debes hacer lo mismo, así podrás seguir la conversación sobre footy el lunes en el trabajo. Y Ernesto parecía estar comprando todo el repertorio; el pobre estaba a punto de perder la única ventaja que en mi opinión tienen los inmigrantes en Australia: que no somos australianos y podemos tener una visión un poco más amplia.

A Ernesto cada día lo veíamos menos, hasta que no lo vimos más. Yo me quedé asistiendo a parrillitas y reuniones todos los fines de semana con cualquiera que quisiera compartir con nosotros –que casi siempre eran venezolanos que además son los únicos que aguantan ese trote, pero de vez en cuando también compartíamos con los menos cuantitativamente sociables aussies o con cualquier otro. Pero Ernesto se perdió. Continuó perdido hasta ese día en la playa cuando lo vimos de nuevo.

Esa tarde en la playa, luego de casi un año sin ver a Ernesto, él nos habló de una experiencia en Australia que me era ajena. Nos habló de su familia que le reclamaba el haberse ido. Nos habló de familiares que lo necesitaban, de su culpa por haberlos dejado y de cómo se lo echaban en cara. Nos habló de soledad. Nos habló de muchas otras cosas que no dijo pero que estaban allí evidentes: de una profunda depresión, de que no había conseguido una vida social satisfactoria y estabilidad emocional entre australianos y locales. Habló, habló muchísimo. Y luego de esa tarde, se nos volvió a perder. No lo hemos visto más.

Inmigrar a Australia en una visa 136, con familia, a buscar trabajo en otro idioma, a donde no se tiene una historia, es como volver a nacer, te deja absolutamente vulnerable; pone a prueba todo lo que tienes, lo mejor y lo peor: tus prejuicios e inmadurez se manifiestan, tus demonios te persiguen, pero también potencialmente tus fortalezas y sobre todo tu espíritu brillan. Y hablando de espíritu, hay una frase que una vez leí en un cuento inocente que ahora se me antoja muy apropiada: "La pura lógica es la ruina del espíritu".

martes, octubre 21, 2008

¡Mosca!

Este invierno se prolongó bastante más de lo deseado. Los días estaban transcurriendo con una modorra tristona, con un sopor aplastante, y el viento le ponía el sound track a esta película esquiva. A pesar de que en Perth nunca hace frío como para no poder salir en pantalones cortos –así sea corriendo al carro- igual la lluvia y el ocaso a las cinco y media me tenían aletargado. Pero ¡fuera cachos! Este fin de semana el pronóstico era –por primera vez- más de 30 grados, y allá estábamos nosotros: en King’s Park para disfrutar del calorcito.

Luego de estar un rato en el parque con Viv y amiguitas, llegó el momento por el cual había esperado todos estos gélidos meses: me aleje sigilosamente del grupo y me senté en la grama en frente de la mejor vista de la ciudad. Que nadie me hable, que nadie me moleste, ahora sólo somos yo, la naturaleza y esa madre protectora llamada Perth. Me recosté en la grama y cerré los ojos: el sol calentaba ¡sí, era verdad! El verano llegó por fin. Sentía el calor de la tierra y casi podía escuchar como las flores, la grama, todo el verde crujiendo entrando en calor, sacudiéndose la somnolencia del frío seco perthiano. ¡Oh como vamos a disfrutar este verano! Ahora con carro descapotable: no nos permitiremos quedarnos en la casa en las tardes, queda prohibido no ir a la playa todos los fines de semana, que sea un mandato cocinar todos los días en la parrillera del patio; que ninguna semana se parezca a la otra, vamos a disfrutar hasta el último minuto de luz cuando el ocaso llegue por allá a las nueve de la noche. Hay que divertirse, la vida es una. Todo eso pensaba allí, tirado en la grama.

En eso siento un ruidito en el oido: “ññññiiiuhhn” y tiro un cachetazo que me deja la oreja roja. ‑Epa ¿qué fue eso?- “ñññiuhn” “ñññiiiiuhn” -¡Otra vez!, ¡Que fastidio!- De repente siento que algo me camina por el cachete, y por la nariz, y otro por el brazo. Me paro tirando manotazos para todos lados: -¡Pero bueno! ¿Qué pasa?-. Y justo allí me acordé que con el verano australiano siempre vienen ellas, esas zagaletonas que les encanta cualquier recoveco húmedo. Vaya si este invierno fue largo, tan largo que no me acordaba de ellas. Sí, ellas, las que le hacen a uno el verano de cuadritos. ¡Ellas!

¡Las moscas!

Mi sueño de una noche de verano se vio nublado por recuerdos de la temporada pasada: nubes enteras de moscas que te persiguen por todas partes y se te pegan al sudor que excretas en un calor seco de baño turco. Hay tantas moscas que si abres la boca se te mete una (por eso el acento aussie tan cerrado: no pueden abrir mucho la boca) Mentalmente de nuevo le puse el techo al carro y comencé a pensar que cocinar dentro de la casa, con aire acondicionado, en realidad no estaba tan mal. Bueno, nada es perfecto.

Pero lo peor es que esas no son las únicas moscas que vinieron a molestar este verano.

Hay que estar mosca con la mega crisis global que se asoma con el desplome del crédito en los EEUU. Esto se veía venir: ¿a quién se le ocurre que prestar plata en masa a gente sin credenciales y quedándoles los giros en el 60% de los ingresos podría ser buena idea? Sólo a banqueros avarientos. Esa prestadera de plata se puso de moda en todo el mundo desarrollado, Australia incluidísima, pero creo que esos días de crédito fácil están por irse. Menos mal. La gente necesitaba un reality check.

Desde otro punto de vista, esto ocasionó el desplome de los mercados bursátiles y un freno en el desarrollo desaforado de China. Todo eso se traduce en una baja del precio de los comodities que Australia exporta: los metales. La situación puede poner a Australia realmente contra la pared. Por el momento, lo que veo es a algunas empresas comenzando a cancelar proyectos. Algunas sí, otras no –todavía. Veremos.

El mercado de dinero reaccionó retirando fuertes capitales de la economía local, lo que causó una caída del aussie dólar de casi 30%. Y gracias a dios que fue así. Al menos ahora producir aquí es 30% más barato y eso va a ayudar a las empresas a sobrevivir o hacer viables en esta nueva situación a esos proyectos de ampliación que tenían en cartera. El otro lado de la moneda es que ahora todo lo importado –es decir, casi todo- se va a poner mucho más caro (que si conozco mi ganado, todo va a subir no 30 sino 50%)

Pero lo más interesante va a ser ver como va a empezar el año 2009 en cuanto al mercado laboral. Siempre he dicho que esta gente es dificilísima para entrarles en el trabajo y si ellos pudieran meterían a trabajar solamente a sus amigos, o a los que estudiaron en la uni con ellos, a gente que conocieran por su reputación. Pero es que no pueden, hay demasiado trabajo y se tienen que conformar con lo que consiguen –inmigrantes incluidos. Si comienzan a cerrar proyectos, esta situación pudiera revertirse. Para el que está insertado en el mercado probablemente esto no significará mucho pero el que llega definitivamente lo va a sentir.

Una que arrimamos al mingo: el barril de petróleo estaba en US$74 esta mañana, y los pronósticos son de US$50 (desde los 100 y pico en que estaba hace 2 o 3 semanas) Me pregunto como va a hacer Esteban de Jesús para seguir financiando estupideces y planes proselitistas que no educan ni le dan empleo a nadie sino lo que hacen es crear una relación de dependencia con papa-gobierno-que-me-da-plata. ¿Y como ahora si se le acaba la plata? Con lo único que hay que estar mosca es con el nivel de sectorización que hay en la población venezolana. Una Venezuela sin Esteban, o la ruta hacia allá, no será un camino de rosas. No se que será peor, si el remedio o la enfermedad. De nuevo: nada es perfecto.

Pero que fastidio con estas moscas de verano ¿no?

Post relacionados: La culpa la tiene el petróleo

miércoles, octubre 15, 2008

La teoría del todo (3): De mantuanos y castizos


Un cambio de paradigma. Eso que te pasa cuando algo te saca totalmente de contexto y de repente te hace ver lo que antes no veías. Ese “clic” seguido de un: “¿como no lo pude ver antes?” Eso me pasó hace unas semanas en una conversación casual sobre el desarrollo humano en América latina -una de las tantas que he tenido. Este tema me ha interesado desde que tengo memoria adulta. Muchos libros he leído, muchas conversaciones he sostenido, siempre buscando un por qué a la pobreza, violencia y corrupción de nuestros países. Y mi interés se intensificó mucho más cuando comencé a salir de mi país por trabajo y conocí otras culturas. Es algo de vieja data; garantizado que mi interés no es el del típico inmigrante que quiere satanizar a su país para justificar su desarraigo.

En fin, estaba yo en el intermedio de un curso de entrenamiento en Perth cuando el facilitador se me acercó:

- “¿De donde erés?”

Luego de la aclaración y su reconocimiento (se acordó de la primera Miss Universo Venezolana: Maritza Sayalero, que por cierto ganó la corona en 1979 en Perth, y que se cayó parte de la tarima cuando se anunció la ganadora -un desastre- pero esa es otra historia…) mi interlocutor me pregunta:

- “¿Que tal está Venezuela? ¿Es un país estable?”

No es un secreto para nadie la situación actual de Venezuela -como no lo era para él-así que no es difícil imaginar el tono de mi respuesta. A lo que él respondió:

- “El problema de Latinoamérica es el sistema de clases que heredaron de sus colonizadores. En cambio los ingleses dejaron un sistema diferente, más igualitario…”

Allí comencé a subirme por las paredes. Pensé: “este no sabe nada de Latinoamérica y quiere aplicarnos sus prejuicios aprendidos en otra parte. Seguro nos está confundiendo con el conocido sistema de castas de la India.” Pero súbitamente me acordé de algo que contradecía su punto -según yo- y le dije: "¿sistema inglés diferente? Mira Sudáfrica ¿qué tipo de sistema dejaron allí los ingleses en complicidad con los holandeses?"

- “Eso es diferente; eso es racismo” me dijo. “En el racismo se excluye de la sociedad a un sector, pero los que quedan dentro de la sociedad, todos están en el mismo bote y todos reman en la misma dirección. De hecho, casi todos los países desarrollados tienen una vergonzosa historia de racismo. En su momento esta exclusión fue –equivocadamente- vista como una forma de mantener a la sociedad unida. Con sus equivocaciones históricas, los países del primer mundo siempre se han basado en sociedades unidas e igualitarias… ”

Ya aquí era evidente que esta no era una conversación promedio. Al final resulta que mi amigo el facilitador era un erudito sobre el tema, como el resto de la conversación demostró. Lo que sigue pasó más en los pensamientos que yo entretejía en el segundo plano de la plática –porque mi orgullo no me dejó hablar sobre ellos- mezclando elementos de la conversación en sí.

Es cierto, mi experiencia es que las sociedades más desarrolladas están basadas en la igualdad de sus ciudadanos; ejemplos sobran. También es rigurosamente cierto que las sociedades latinoamericanas, al contrario, están basadas en la desigualdad, en escalafones sociales. Allá es muy normal que alguien piense que en la sociedad hay gente que es “menos” que uno y otros que son “más” que uno. Es muy sutil, porque casi nunca hay discriminación directa pero muchos en el fondo sí piensan que “otros” tienen su lugar y “yo” tengo el mío. No se trata de la existencia de clases sociales –que en todos los países existen- se trata de clasismo: hay desprecio hacia abajo y rabia hacia arriba. De allí salen los epítetos despectivos “tierruo”, “marginal” o “sifrinito”. Esas cosas existen en todas las culturas, pero no están tan engranados en la sociedad ni existen con ese nivel de rabia y desprecio como en nuestros países. De hecho, la corrupción, delincuencia y violencia se presentan como expresiones escaladas de la rabia y desprecio que existe entre nuestras clases. Eso no es así en los países desarrollados, ni en la subdesarrollada Asia, donde la igualdad es el valor primordial de la sociedad.

Nosotros no tenemos un verdadero sentido de sociedad; nosotros somos los únicos que nos discriminamos, robamos y matamos entre nosotros mismos. Y asumimos como normal la desigualdad basada en un estatus. Uno no lo nota hasta que sale de su país (con la mente abierta para observar este tipo de cosas) y comprueba que el mundo no es así. En Venezuela el estatus generalmente lo da el dinero, o más bien el dinero que gastes o finjas gastar en bienes materiales, pero otros países latinos tienen sus propios temas: apellidos, origen, etc. Cualquiera es bueno para marcar clase y diferenciar. Yo se que a nadie le gusta pensar que su país es así, y si alguien se siente ajeno al clasismo es porque probablemente no sea clasista como individuo, y en realidad hay mucha gente allá que no es clasista, pero no se puede tapar el sol con un dedo, la verdad es que también hay mucha gente que sí lo es.

En una sociedad fraccionada, donde cada quien rema para su lado en el bote, siempre se parte el bote. Esto se refleja en el liderazgo elegido: los líderes –sea gobierno, líderes empresariales, etc- que son los que gritan en el altoparlante hacia donde se rema, van a hablarle sólo a su grupo o clase y lo único que van a lograr es que el bote se parta más rápido. Si no se lidera para todos, se divide. Triste pero cierto.

En mucha de la literatura -de origen anglosajón- que he revisado se señala a nuestra población multirracial como un factor que no ayuda a tener una sociedad cohesionada. Ejemplos sobran, en Asia o en la misma Australia, que echan por tierra ese argumento.

Hacia el final la conversación se desvió hacia la cultura inglesa y la igualdad como valor. En conclusión: yo todavía tengo en observación a esta teoría del todo: “falta de educación y moral, corrupción, violencia, delincuencia, líderes con intereses particulares, todo tiene origen en el sistema de clases que heredamos”. Me suena como muy radical, aunque estoy convencido de que sí juega un rol. Además, si de verdad allí esta la raíz de nuestros males, en la falta de sentido de sociedad, entonces es muy duro admitirlo porque, lo sabemos, nuestra mentalidad colectiva no va a cambiar pronto, tal vez nunca. Entonces ¿que oportunidad tiene esa región del mundo?

En fin, por el momento, si usted se agarra a si mismo creyéndose más que alguien que nació en su propio país, sepa que usted estaría ejercitando el motivo primario de nuestro subdesarrollo -o al menos en Australia hay gente que así lo cree.

miércoles, octubre 08, 2008

Comunicado Oficial de Crónicas Perthianas


República de las Antípodas, 8 de Octubre de 2008.-

La Gerencia de Crónicas Perthianas informa a la colectividad que:

Considerando:

A) Que el presente blog ha recibido recientemente el premio al esfuerzo personal de parte de Marlin.

B) Que el blog Tcalo es un ejemplo de venezolana en el exterior que decidió adaptarse al país que la acoge: desechar lo malo -que siempre hay- y disfrutar lo bueno –de lo que hay más todavía.

C) Que el blog Semilleros es manejado con una espontaneidad, naturalidad y sinceridad que eriza los pelos.

D) Que el blog se habla venezolano es un ejemplo de venezolana que le tocó salir de su país no porque quiso sino porque las circunstancias apremiaron. Además Marú proyecta en su blog un gran don de gente y lleva el concepto de Networking a donde realmente deberíamos llevarlo todos: a relaciones personales bien cultivadas.

En consideración de lo anterior, Crónicas Perthianas resuelve:

1) Otorgar el premio al esfuerzo personal a los siguientes blogs: Tcalo, Semilleros y se habla venezolano.

2) Exhortar a los anteriores blogueros a pasar el premio en forma voluntaria, así como aclarar que no hay obligación ninguna de pasar el premio ni de hacer acuse de recibo del mismo.

3) Agradecer públicamente a Marlin por el premio.

En la ciudad de Perth a los ocho días del mes de Octubre de los corrientes.

Suscriben: Fer y Fmlia.

domingo, octubre 05, 2008

De aquí y de allá (1): Las gaviotas

Ese día venia manejando desde mi nuevo trabajo por la maravillosa costa sur de Perth. La primavera comenzaba a calentar, el sol bañaba los ventanales de las mansiones con vista al mar y el resplandor me encandilaba atrás del volante. Era como cuando la policía interroga a un delincuente y lo pone contra una luz incandescente para intimidarlo: “¡confiesa Fer! ¡Quieres ir a la playa a relajarte!”. Yel me había dicho por teléfono que estaba cansada así que por esta vez decidí pasar de largo la casa y seguir hacia la playa.

Me dirigía a Cottesloe beach la cual era nuestra playa preferida para esa época y además quedaba a cinco minutos de la casa. En el carro venía escuchando un CD de los Artic Monkeys que generosamente me había prestado un amigo del trabajo. Los Artic Monkeys no eran ni son de mi predilección, al decir verdad me parecían una mierda pero trataba de escucharlos para entender por qué le gustan a tanta gente, por qué los idolatran de esa manera. No se si será una cosa generacional pero por alguna razón no me la llevo bien con las recientes bandas del Reino Unido, tanto que me gustaban antes.

Así llegué al estacionamiento enfrente a la playa, y allí me quedé en el carro un rato con los vidrios abajo mirando el atardecer sobre el mar y escuchando este CD, tratando de hacerme un video clip personal, cazando rayos de sol, visualizando paisajes, contrastes, tonos, poniéndolo todo junto con la música. Con el último guitarrazo desafinado decidí bajarme del carro y me acomodé en un escalón de la grama que está en frente de la arena de la playa. A esa hora, tipo 6:00pm, el frío primaveral contrasta con la calidez de la luminosidad; la luz es amarillísima, casi anaranjada, y el contraste con el azul del mar es espectacular. Al atardecer Cottesloe Beach siempre está poblada por parejitas, niños, estudiantes, muchísimas gaviotas, hay de todo y para todos, un bello espectáculo de colores y gente. Lo único que perturbaba mi cuadro sensitivo era la batería estridente de los Artic Monkeys que todavía me retumbaba en la cabeza. Yo tengo el problema -o virtud, depende de donde se vea- que siempre mantengo un iPod virtual en la cabeza, generalmente del último ritmo que escucho.

Y justo en ese momento una señora se aplasta a mi lado en la grama, como a un metro. La miro de reojo y noto que lleva una bolsa con algo que parecían migajas de pan. La señora comenzó a tirarle el pan a las gaviotas y enseguida estas acudieron al llamado alimenticio. Eran de esas gaviotas blancas con alas grises; primero eran cinco, luego diez, luego veinte; se peleaban los pedazos de pan entre ellas, y picotazos iban y venían. “¡Iaaaahr!” chillonamente graznaban las gaviotas; era un grito agudísimo, como la desafinada guitarra de la banda inglesa que todavía me atormentaba en la mente. La señora les lanzó más migajas, y esta vez se sumaron otras gaviotas que tenían como una raya rosada en la cabeza, se abrieron paso aleteando vigorosamente, desesperadas entre las gaviotas de ala gris para ganarse el sustento. El cuadro se veía como una gran nube de plumas blancas, matizada por grises y rosados. “¡Iarrrhr!, ¡Iarrrhr!” descollaba el escalofriante sonido entre el abrumador retumbo del aleteo. De nuevo la vieja arrojó migajas y esta vez entraron revoloteando los cuervos, unos cinco o seis, parecían unos patoteros enfundados en sus chaquetas de cuero negro que entraban al sitio a destrozarlo todo. Y aquella coñaza mi hermano, porque los cuervos llegaron repartiendo picotazo y ala a diestra y siniestra. Un cuervo dispara primero y averigua después. A estas alturas los agitados pájaros se nos estaban acercando peligrosamente y ya la señora se estaba asustando. Yo también. En un último intento desesperado, la señora tomó la bolsa de pan, y como en cámara lenta alzó el brazo para lanzarla lejos, pero con el impulso la bolsa se rompió, cubriéndonos completamente de migajas. Y allí quedamos: cubiertos como si fuéramos unas milanesas gigantes, como un par de helados de mantecado con lluvia de maní, presa fácil para las voraces aves.

Salimos gateando de allí, en una escena digna de la película “The Birds” de Hitchcock, arrastrándonos rapidito, durante largísimos segundos, sin pena, sin voltear atrás, sin mirar a los lados. Huimos por nuestras vidas.

El otro día un amigo me preguntaba sobre los Artic Monkeys, que como me parecían. Le dije que me parecían una mierda, pero le dije una mierda de pájaro sin realmente saber por qué. Ahora que estos recuerdos ocupan mi mente ya se por qué fue.

miércoles, octubre 01, 2008

Hija de tigres (2)


La constancia es importante para el éxito de todo emprendimiento pero hay momentos en que la perseverancia no es suficiente; hay retos que requieren de algo más, de ese último aliento allí donde duele; y es con ese dolor que se rompen las fibras y se crean los músculos.

Yo soy un convencido de que todo el que está realmente satisfecho con su vida lo ha hecho siendo constante en el largo plazo, pero también por momentos de extremo esfuerzo en lapsos cortos, temporales, en instantes específicos cuando la circunstancias lo requirieron. Largos valles de constancia, con algunos picos desenfrenados. Todos pasamos por esa tesis de grado, o por trabajar y estudiar a la vez, o por aquel proyecto súper difícil, o por el primer trabajo en otro idioma; todas situaciones pico que si no hubiéramos respondido a la altura, no estuviéramos aquí. Esos picos definitivamente hicieron la diferencia.

En estos días estamos super orgullosos porque nuestra hijita pasó su primer pico con excelencia. No sólo fue constante, sino que dio su mejor esfuerzo, consiguió motivación y diversión en el estudio y esa fue la clave -otro logro más-

Viv, te esforzaste y lo lograste: ¡banda 6 en NAPLAN numeracy! You want it, you’ve got it! Tu papi y tu mami están muy orgullosos. Una vez más lo has demostrado: eres grande, fuerte y valiente.

¡Mil felicitaciones Viv de parte de Papi y Mami.! ¡Te queremos mucho!

Post relacionados: Hija de tigres…

miércoles, septiembre 24, 2008

La teoría del todo (2): ídolos de barro

Allí estaba ella, en la mesa. Vestida de negro, treinta y pico, muy posh, hablando un inglés británico que recordaba a una niña de colegio con faldita a cuadros y medias altas. Una que otra vocal larga en la pronunciación dejaba traslucir que en realidad era australiana, probablemente con educación en colegios privados. El motivo de la cena: una reunión de padres y representantes de la escuela. Los temas de conversación, de super alto nivel. La cena transcurrió muy bien, con altura, y fue justo allí, al final de la cena que ocurrió. Resulta pues que nuestra reencarnación de Lady Di, así, sin ton ni son y en el medio de un restaurante de lujo lleno de gente, ha decidido llevarse los dedos a la boca y chupárselos. Sí. Se los chupo. Cinco sabores: pulgar, índice, corazón, anular y meñique; uno por uno fueron a tener a la mucosa bucal de nuestra interlocutora, parece que le gustó mucho la comida. Y allá rodó el aura de glamour que la rodeaba. ¿Decepción? ¿Incongruencia? No, ya estamos acostumbrados. No es ni la primera ni será la última. Recuerdo que en otros países, muy desarrollados ellos, era igual, o ¡perdón! mucho peor. Australia es una maravilla comparativamente, pero la gente aquí todavía es mucho más relajada que nosotros en los modales y urbanidad (o nosotros vivimos mucho de las apariencias –lo cual es otra forma de verlo)

Muchos desde nuestra óptica latinoamericana, especialmente si no conocemos, tendemos a idealizar a los países desarrollados: “si ellos están tan bien, entonces todo allá tiene que ser mejor, comenzando por la gente. Tienen que ser más educados, más eficientes, trabajar más duro. Sino entonces ¿como llevan toda esa calidad de vida a su población?”. Recuerdo cuando acababa de llegar a Sydney, un amigo venezolano se empecinaba fervorosamente en que cruzáramos la calle por el rayado y que esperáramos por el semáforo. “Aquí todo el mundo sigue las reglas” militarmente nos decía; pero en la calle miraba a mi alrededor y veía a todos los transeúntes cruzando por donde les daba la gana y particularmente cruzando con el semáforo en rojo si no venían vehículos. Era y es un desastre. Probablemente cuando mi amigo iba de vacaciones a Nueva York no se daba cuenta de lo mismo porque lo miraba con otros ojos.

Desde que la gente es gente, si les dan oportunidad, van a buscar un atajo. Es así en cualquier parte del mundo. Una muestra desde nuestras vacaciones en Tailandia: miles de europeos del norte y australianos visitan Tailandia cada año. ¿Sabes que es lo que más les atrae?: el andar sin reglas. Muchos van a abusar, a manejar automóviles a cualquier velocidad y en cualquier estado de embriaguez, allá ensucian, rompen cosas, se comportan violentamente, usan y abusan de la industria del sexo, menores incluidas, y esto es lo que hace que este infame negocio prospere. Obviamente no se puede generalizar y no todos van a Tailandia para eso, pero muchísima gente sí va allá a abusar. Y cuando regresan a casa, en Europa o Australia, vuelven a ser unos angelitos cívicos obedientes de las leyes. Es curioso que en Tailandia los mala conducta sean este tipo de turistas, no los tailandeses.

Uno a uno, en promedio y ahorrando detalles, John Smith y Juan Pueblo son igualitos. A ambos les gusta un bochinche, ambos infringirían las leyes, y pueden ser violentos y abusadores si se dan las condiciones. Ciertamente no es por la gente común que en América latina hay tanta violencia y corrupción. No hay nada intrínsecamente malo con nuestra gente, no al menos en comparación a la gente de Australia o de Tailandia o de cualquier otra región. No hay nada malo en nuestros genes, no somos ni más ni menos flojos, ni violentos, ni prestados a delinquir, que cualquier otro.

Sin embargo la delincuencia, violencia y corrupción corren libres en América latina y no, por ejemplo, en Australia o Tailandia, este último siendo un país subdesarrollado y con pobreza. ¿Por qué? Es obvio, en estos países se hacen cumplir las leyes y en los nuestros no. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?

Opino que lo que hace la diferencia es ese uno o dos por ciento de la población: la dirigencia. Los líderes: gobierno, políticos, grandes empresarios, gerentes de empresa, tu jefe: ellos legislan, controlan las leyes, plantean las reglas que son timón para la economía, dirigen la educación, cobran o pagan impuestos, allí esta todo. Piénsalo de nuevo. Exceptuando a transnacionales privadas: ¿Cuántas veces has visto a los más tontos en los cargos más altos en cualquier empresa o servicio, particularmente los públicos, en nuestros países? Ahora hazte la misma pregunta en cuanto a gobierno y políticos.

Eso no ocurre en un país desarrollado. Aquí la gente común es similar a la gente de América latina pero la dirigencia australiana, o cualquier jefe en una empresa es sumamente preparado y competente. Lo mismo pasa en Tailandia, por lo que he podido ver y leer: no son sólo “pobres pero honrados”, sino que hay cultura de elegir a los más preparados para los puestos clave.

¿Por qué en Latinoamérica siempre terminamos eligiendo a los más incapacitados para que nos dirijan? Ese es un asunto cultural complejísimo para el cual un australiano –el que menos pensaba yo- me planteó una teoría la cual inspira el título de esta serie de posts; si la misma fuera cierta, lo explicaría todo. ¡Todo! Esa teoría la compartiré en un próximo post.

Posts relacionados: La teoría del todo (1): Asia y Latinoamérica.

jueves, septiembre 18, 2008

Cincuenta

Como este es mi post número cincuenta pensaba en hacer algo especial para celebrarlo. Se me ocurrió que tal vez debiera navegar por el río Swan en un yate de 50 pies con cincuenta amigos para que se nos salga la baba viendo las cincuenta mansiones en las cuales desearíamos vivir cada uno con vista al río, pero eso es un poco costoso. O quizás correr un maratón de cincuenta cuadras por Perth mientras toco cincuenta puertas para decir: “G’day!” a cincuenta personas, pero soy muy flojo. Entonces pensé en una mega parrillada en la casa con cincuenta personas (el record es de 48 -niños incluidos) pero hace mucho frío todavía.
Y mientras cavilaba, en pleno delirio de solemnidad, me di cuenta que el número cincuenta está íntimamente ligado a este blog. Cincuenta es “el número”; si alguien que sepa de numerología lee esto lo invito a que me ayude por favor. Veamos:

- Calculando el índice de éxito de este blog, sumando los objetivos iniciales por importancia tenemos: escribo sólo porque me divierte: 50%. Punto de información para los que se interesan por nosotros: 30%. Foro de discusión de las ideas que me dan vueltas en la cabeza: 20%. Ahora, si igualmente le resto en lo que realmente se ha convertido este blog da: punto de interés sobre nosotros: -10%. Foro de discusión:-10% (“en un blog no se discute nada mijo, es como en la vida real ¡si llevas la contraria te miran feo!”). Información sobre la vida en Australia:-30. Entonces tenemos: 50 +30 +20 -10 -10 -30. ¡Eso da cincuenta!

- La cantidad de visitas únicas diarias al blog (no sólo hits) se puede confirmar haciendo clic en el mapamundi a la derecha. ¿Y adivinas cuantas son en promedio diario, a veces más, a veces menos? Pues sí: ¡cincuenta! No salgo de mi asombro.

- Los cincuenta visitantes promedios diarios se distribuyen más o menos así, sin ser grupos mutuamente excluyentes: los que buscan información sobre Australia: 80%. Los que entran sólo por divertirse: 20%. Los que entran por primera vez, vuelvan o no: 10%. Los que entran para ver “lo que escribió ahora ese”: 15%. Amigos: 5%. Y los que genuinamente se interesan por como está creciendo la Viv y como están Yel y Fer: 4%. Eliminando el mayor y el menor, como corresponde en los índices estadísticos, tenemos: 20 +10 +15 +5 = cincuenta ¡no lo puedo creer!

- Hay en total 181 estrellitas en los 49 post anteriores (no, no las conté, el blog las calcula solo) Como casi siempre colocan 5 estrellas por post, entonces hay aproximadamente 36 puntuaciones (181 dividido entre 5) todas representativas de la gente que le gusta lo que se escribe aquí. La cantidad de comentarios: 343 (estos si los tuve que sumar), entonces da un promedio de 7 comentarios por post. Y hubo un comentario (el último de este post) donde me confundieron con un escritor de profesión, ese vale por 10. Hasta ahora va: 36 +7 +10 = 53. Pero han habido 3 comentarios prejuiciados, anónimos, de esos de gente que piensa que la vida sólo se puede vivir de una manera: la de ellos. De nuevo: 53-3 = cincuenta. Increíble ¿no?

- Debido a algunos emails y comentarios que recibí, escribí un post que dedicaba a los que (mal) interpretan literalmente lo que escribo. Ese era el post número 30. Creo que ese post lo entendió menos gente aún, como 20. Y no faltaba mas, 30 +20 es igual a: ya tú sabes.

- Muchas veces he querido tener otro tipo de blog, uno adicional o uno que sustituya a este. Si cuento la cantidad de veces que he querido haberlo hecho anónimo desde el principio y así poder decir lo que yo quiera: como 20; o las veces que he pensado en tener un blog donde sólo invente cuentos a prosa tendida: 20 veces lo he pensado; o que el blog no tuviera nada que ver con Australia sino con cuentos que pueden pasar en cualquier lugar: 20 veces más. O cuando quisiera que el blog fuera en otro idioma, algo más retador e interesante: écrire dans la langue de l’amour, ou escrever so malandragem, lo he pensado al menos 20 veces. Van 20 + 20 +20 +20 = 80. Pero el tiempo libre que tengo por semana para esto me da un número negativo: -30. Ojo: 80-30 da cincuenta.

- Me han dado ganas de dejar este blog al menos unas 100 veces y quedarme sólo con el Facebook enviando besitos y bebidas cariñosas. Pero luego pienso en los posts de pensamiento libre que me faltan por escribir: como 20; en las experiencias de la Viv que hay que compartir: cuando menos 10 más, y en los post donde he gozado un mundo escribiendo: mínimo 20. Nótese: 100 -20 -10 -20 = ¡cincuenta!

Sean que le queden cincuenta posts más, o cincuenta días de vida, o cincuenta años, y con todo el horror numerológico que se apodera de mí ahora: ante todo gracias a los que leen, muchas más a los que comentan y ¡vayan mis mejores deseos a este blog por su cincuenta post-numerario!

lunes, septiembre 15, 2008

Hola, acabo de leerme todo tu blog…

Lo siguiente es una cadena de emails publicados aquí con permiso del remitente.

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(Primer mensaje, hace 3 meses…)

Hola, mi nombre es Señor X, …...leí de ti a traves de tu Blog…
Sucede que mi familia y yo estamos pensando seriamente en decidir vivir en Australia (pensamos mucho en que la mejor opción es Perth), y hay un millón de dudas que me asaltan y quería saber si podías ayudarme a despejarlas……aquí voy……..
Hace 2 años recibimos la residencia permanente, nos preparamos para ir, vendimos TODO, pero, al final, los miedos, dudas y amigos que nos decían que no era lo mejor, que acá estamos bien y demás, que ustedes también deben haber pasado, nos echamos para atrás...

(resto del email solicitaba información específica sobre costos, la vida en Australia, beneficios, etc... para tomar una decisión informada sobre emigrar o no)

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(Mi respuesta, hace 3 meses…)

Hola señor X,

Lo que me preguntas es algo de lo que tu mismo te tienes que convencer. Te le responderé con lo que me pasó a mí. Yo no me hubiera venido si no me hubiera quedado sin país, lo cual no es tu caso por lo que veo. A mi me iba bien en Venezuela pero me tuve que venir a Australia para que me siguiera yendo bien.

Ahora ya que estoy aquí y en el buen sentido de la frase, hasta daría gracias -en lo personal- de que las circunstancias me obligaron a venirme. Dependiendo de lo que te guste, y sobre todo, si tienes hijos, la vida en América latina no es vida.

Eso fue mi opinión personal.

En resumen. En tu caso, yo -personalmente- hubiera cometido el error de no venirme.

Saludos,

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(Nuevo email de la misma persona recibido recientemente...)

Hola Fer,

Acabo de dar una nueva mirada a tu blog...quería comentarte que mi esposa y yo hemos tomado la decisión de irnos para Australia (concretamente a Perth).....

(el resto del email solicitaba información de suburbios en Perth, hotel para llegar, colegios, universidades y costos)

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(Mi respuesta)

Hola X,

Felicitaciones por la decisión. Espero que te hayas convencido por ti mismo. No todas las experiencias son iguales. No todas las personas son iguales. Australia si es la misma para todos. Por ejemplo, si eres demasiado apegado a la familia que dejas allá, aquí ese tipo de persona pasa mucho trabajo por la distancia –los he visto, literalmente se derrumban. Pero si eres apegado a tu familia nuclear –la que viaja contigo- entonces es otra cosa. Australia con tantos parques y seguridad es para ellos, para los niños. En fin, no soy quien para increpar tu decisión, pero si te puedo ayudar con algunas de las cosas que me preguntas:

El colegio para los niños es lo que va a decidir donde vas a vivir, dado que los colegios públicos aceptan sólo “local intake”, es decir, tienes que vivir en la zona. Aquí no importa que el colegio sea privado o público, lo que importa es que sea bueno. Los hay buenos privados y públicos (y malos también). Y aunque la mayor cantidad de colegios con reputación son los privados, resulta que la mejor secundaria de Perth es pública: Rossmoyne Senior High School. Esta secundaria también tiene el programa ESL (English as a second languaje) el cual es una ayuda a los niños de los inmigrantes, en tu caso indispensable. No todos los colegios tienen este programa. Por favor ve en la página de Rossmoyne y ve el “local intake”, esa es la zona que sugiero para vivir. Para los más chicos hay una Rossmoyne Primary School para primaria donde aplica lo mismo.

Acostúmbrate a los suburbios de Perth en la siguiente página. Allí inmigrantes discuten sobre los diferentes suburbios, ventajas, conveniencias, etc. También hay información sobre como y donde alquilar. Domain y Real estate son las páginas típicas para que te des una idea pero lo mejor –indispensable- es comprar el periódico cuando llegues los miércoles y Sábados, e ir a visitar las casas.

Para llegar, algunos han estado llegando a Perth a este apart-hotel. Tiene cocina –que es lo que necesitas, no podrás comer en la calle todos los días y menos con niños- y el precio es aceptable.

Respecto a las universidades, por favor ve en la siguiente página. En Australia si hay universidades públicas, o más bien subsidiadas, de hecho, de cierta manera todas lo son. En todas hay que pagar por los estudios. Hoy en día los ciudadanos australianos (y te puedes hacer australiano luego de haber estado aquí 4 años) pagan una fracción del costo de los estudios. Los que no son ciudadanos australianos (incluyendo a los residentes permanentes) pagan completo. Para ambos casos hay un sistema de préstamo (HECS-HELP para ciudadanos y FEE-HELP para no ciudadanos) con intereses bajos que el estudiante, futuro profesional, pagará a través del sistema de impuesto cuando tenga el ingreso suficiente. Si tienes hijos en edad universitaria es importante que leas la página indicada arriba.

Respecto a costos, trae todo lo que puedas. Los dos primeros meses entre hotel, electrodomésticos, depósito para alquiler de vivienta, etc, se van mínimo 15K. Luego disminuye, pero nunca menos de 2.2K/mes.

Espero haber ayudado.

Saludos,

jueves, septiembre 11, 2008

La teoría del todo (1): Asia y Latinoamérica

Mencionaba anteriormente que había quedado muy impresionado con la seguridad en Tailandia, particularmente en Bangkok. Bajo mi óptica, esa ciudad lo tenía todo para que al menos la delincuencia común prosperara, a saber: ocho millones de habitantes, una ciudad aplastante y salarios bajos con la consecuente -y notoria- pobreza. Todo un arquetipo del tercer mundo. Y en efecto, Tailandia es un país en vías de desarrollo pero, aun así, se puede caminar a cualquier hora y por -casi- cualquier lugar.

En particular a los bajos salarios en masa los relacionaba con la eventual aparición de la viveza criolla que siempre evoluciona en corrupción o delincuencia -especialidades de la misma rama. Es así en toda América latina (y parcialmente en EEUU donde el sueño americano no les llega a todos).

Pero eso no ocurre para nada en Tailandia. Me recuerda al dicho -que encontraba hasta ahora romántico e irreal- “somos pobres pero honrados”. No obstante, es así. Y no sólo es así en Tailandia, sino que también lo es en los demás países asiáticos, por ejemplo China y Taiwán.

Teniendo los países asiáticos tanta pobreza, -repito- hay demasiada gente y pocos recursos, la pobreza en Asia es dramática; si eso es así pero Asia es tan segura, con una delincuencia y sociedad tan controlada, entonces ¿Por qué con una pobreza similar o menor, Latinoamérica es tan insegura? ¿Por qué? ¿Por qué la vida allá vale lo que vale un carro, y a veces menos, lo que vale un par de zapatos?

¿Por qué? ¿Por qué, vale?

Encontrar respuestas a esa pregunta guarda una cercana analogía con la reciente puesta en servicio del Large Hadron Collider o LHC. Esta es la mayor y más compleja máquina hasta ahora construida por la humanidad; se trata de un acelerador de partículas construido para hacer chocar rayos de protones y así estudiar las partículas resultantes. El LHC fue puesto en servicio la semana pasada en la frontera entre Suiza y Francia con la colaboración conjunta de físicos de 34 países. ¿Y para que sirve ese aparato? El propósito del LHC es el de producir la única partícula que todavía no ha sido detectada –el bosón de Higgs. Esta partícula serviría para validar la teoría de la materia, así como explicar completamente a la gravedad, el electromagnetismo y la fuerza nuclear, entre otras. En fin, se estaría arribando al santo grial, a la partícula que daría origen a la teoría del todo.

Y finalmente todo quedaría explicado. ¡Todo!

Sé que suena osado intentar darle explicación al mayor problema que tiene América latina por delante. Sin embargo, lo que observé en Asia, unido a mis experiencias anteriores, lo que he estado leyendo y sobretodo una reciente conversación con un personaje Australiano, me han dado un punto de vista tan diferente que al menos merece ser compartido aquí -en el próximo post.

Mientras tanto queda colgado entre líneas: ¿Por qué en nuestros países hay tanta inseguridad social, tanta violencia? ¿Por qué?

lunes, septiembre 08, 2008

Decálogo decadente Tailandés

Directo desde nuestras maravillosas vacaciones y sin cabida a más introducción, aquí está el Top Ten Thai:

NÚMERO 10:
Disco inédito en Tailandia de José Luís Rodríguez -El Puma- en su época con La Billo’s:

NÚMERO 9:
Hasta ese momento no había visto a ninguna mujer musulmana en la playa:

NÚMERO 8:
La profesión más vieja del mundo nunca duerme en Tailandia. Esta foto es a las 10:30am:

(Esta industria es muy extendida y hace a Tailandia tristemente célebre en el mundo)

NÚMERO 7:
Rancho tailandés en el mar de Andamán (y había muchos más):


NÚMERO 6:
Estos avisos estaban por todas partes en Phuket, no muy estimulante para unas vacaciones:

NÚMERO 5:
Trajes de baño a la medida:

NÚMERO 4:
Mucha gente va a Tailandia a hacerse trajes copiados de diseñadores famosos a la medida. Los precios son sorprendentes bajos:

NÚMERO 3:
Aquel día, en plena Asia, sin nada familiar alrededor, pase al lado de la portada del periódico -del cual no entendía ni papa- y vi de reojo a la chica del cuadro pequeño y dije: “¡epa! ¿Qué paso ahí?” (Interprétese: ese corrientazo que da cuando vez algo demasiado, desmedido, exageradamente familiar)

Y en efecto, era Dayana Menoza que había ganado el Miss Universo la noche anterior y nosotros ni sabíamos. El grito de la sangre que llaman.

NÚMERO 2:
Para todos aquellos amantes de la más reciente cadencia boricua (¿Por qué será que Puerto Rico acapara toda la música del Caribe?) Para leerlo sentado. Sin más, señoras y señores: nos pusieron Regueatton en el boxeo tailandés (ver video):


Yo me perdí toda la historia del regueatton en el caribe. La sigo de lejos; a lo mejor algún día escribo sobre mis impresiones. Lo cierto es que aquí he visto a más de uno que dice que lo odia bailándolo “agachao”.

Y finalmente, LA NÚMERO 1:

Mira a esta princesita japonesa. Que linda ¿no?

Mira de nuevo. Como dirían aquí: “sorry mate, it’s a bloke!” (lo siento pana, ¡es un tipo!) A esta otra, del mismo show, se le nota más:


jueves, septiembre 04, 2008

The aussie way (3): Mateship

Todas las culturas tienen un aspecto que destaca por encima de los demás, ese “talante” que caracteriza al país o región. Lo que es la competitividad para los norteamericanos, el apego por los detalles artísticos para los franceses, o la calidad para los japoneses, tiene su equivalente en Australia. Este es para mí, sin duda alguna, el mateship.

Lo escribo en inglés porque no se trata de simple compañerismo; es algo difícil de explicar en palabras, pero temerario como soy lo voy a intentar. El mateship se basa en el principio de que todos somos iguales, y de allí se deriva que nadie deba osar destacar por encima de los otros. Esto es particularmente cierto en grupos de trabajo o de amigos, pero también es aplicable a la sociedad en general. El mateship está en el centro del australianismo y es la fuente de la cual se alimentan casi todos los clichés de lo que significa ser aussie. Es idéntico desde Brisbaine hasta Perth, y por eso sostengo que este es el país más uniforme que he conocido (por ejemplo hay muchas más diferencias entre Nueva York y Los Angeles, o entre Bogotá y Medellín que las que hay entre la gente de Sydney y Perth)

El mateship tiene sus códigos, por ejemplo un good bloke es un tipo que trabaja duro el cual se ha construido una reputación entre sus mates a base de compañerismo, participación y mucha (muchísima) humildad. En Australia se entra a un grupo siempre por alguna actividad: trabajo o grupo de interés (hobbies o comunitario) y para ser considerado un good bloke es imperativo hacer tu trabajo bien; no vale -como en otras partes que no quiero mencionar- sólo ser simpaticón. Igualmente, ser humilde -low key- es muy importante; tanto que lo más admirado, y requisito indispensable para ser jefe o gerenciar lo que sea, es que uno finja ser menos de lo que en realidad es: típicamente los jefes exitosos son aquellos que andan con el blue jean roto, hacen BBQ, toman cerveza y se ensucian las manos “allá abajo” con sus subordinados. Otra situación típica de low key es cuando en un grupo alguien comienza a exaltar las cualidades de uno. Aquí uno debe (tiene que) dirigir la conversación hacia otro lado y mostrar que uno está ruborizado. Complicado ¿no?

Pero si eres realmente un tipazo de humilde y colaborador, entonces estás en peligro real de pasar al estatus de, oh dear!, serías un top bloke. Este es el desideratum de la sociedad Australiana y generalmente allí se accede después de mucho esfuerzo. Típicamente allí están las personas que se destacaron en algún deporte (otra de las vacas sagradas Aussies) o personas con mucho carisma. Pero, no es el mismo carisma latino de vivo criollo, no, para nada. Es alguien muy humilde, que se relaciona bien -según los códigos locales- trabajador, con los pies en la tierra, y es en cierta forma divertido, que da gusto emprender algo con él.

En este punto alguien estará pensando que el mateship es algo que es aplicable en todos partes del mundo. Y lo era, por ejemplo en América latina en ciertos sectores –por ejemplo corporativos o transnacionales. Sin embargo, los latinos no tenemos la igualdad como un valor, y de alguna manera más bien tenemos valores contrarios. En ningún lugar, que yo haya conocido o leído, hay todo un país tan alineado con los valores de igualdad y humildad como Australia, y es a todos los niveles sociales, que por cierto, diferentes niveles sociales sí existen aunque casi nadie le gusta hablar abiertamente de ello (porque se supone que todos somos iguales ¡eso es!)

Hay muchos códigos con los que se expresa el mateship, por ejemplo con la archiconocida expresión “mate” (compañero, amigo) para llamar a alguien que se escucha por todos lados. Esta, dependiendo de la entonación y situación puede expresar muchas cosas diferentes, incluyendo una cierta carga despectiva, pero generalmente expresa mateship.

El mateship a nivel personal es muy blockey -de hombres- y en general Australia todavía arrastra una cultura machista (pero avanza muy rápido hacia la igualdad de los sexos) Para que se vea la naturaleza de la relación entre mates, aquí una amistad entre hombres es una admiración mutua y un compinchismo tal que llega al punto de dos amigos irse de vacaciones por una semana o más a pescar o surfear juntos, lejos a otro país, y dejar a las mujeres y niños en la casa (cosa inaudita en otras partes del mundo) Aquí si alguien es tu mate personal, es un vínculo irrompible para toda la vida.

Con el mateship o compinchismo de grupos en el trabajo hay que tener cuidado, y he sido víctima de este mucha veces, sobre todo al inicio en un nuevo rol o proyecto donde todavía no me aceptan en el grupo. También con esta manía de ser todos iguales, Australia se presenta como uno de los sitios más difíciles para ejercer autoridad y liderazgo. Aquí existe esa idea en el imaginario popular de que ellos no necesitan jefe (el muy aussie tall poppy syndrome: rechazo a todo aquel que se destaca). Los que tenemos a personal aussie reportándonos nos las vemos negras si no conocemos los códigos del mateship. Sin embargo me he beneficiado muchas más veces de lo que me he perjudicado de la unión que existe en un grupo cuando este está cohesionado.

Realmente hay que tener hielo en las venas (o no entender la mano) para no sentir admiración por este valor tan australiano. Si yo hubiera crecido aquí, verdaderamente me sintiera muy orgulloso.

See ya later, mate!

lunes, septiembre 01, 2008

Being “Cool”

Anoche tuvimos el placer de asistir al concierto de Andrea Bocelli en el Burswood Dome. Apoteósico, para que decir menos. La tarantella, el barbero de Sevilla, la cavalleria rusticana, todas fueron cantadas, junto a los clásicos pop. Todo muy bueno, aunque los asientos un poco incómodos. En el intermezzo me di a la tarea de analizar a la fauna del evento.

La gran mayoría de los asistentes vestía sus mejores galas. Casi todos vestidos de oscuro, había corbatas, las mujeres con trajes largos, todos portaban sus mejores sonrisas. Había grupos que se conseguían con otros grupos, besos y abrazos iban y venían. El ambiente era cheerful total. Un sitio para ver y dejarse ver, para mostrar que estás “in”. Me quedo pensando que en esta cultura mucha gente hace cosas para mostrarse a los demás, sólo para que los vean, y para relacionarse con otros. Esto me recuerda a una de las tantas vacas sagradas nuestras, el axioma según el cual el típico caribeño “compra cosas que no necesita, con dinero que no tiene, para aparentarle a gente que no le importa”. Tú sabes como es.

Me imagino la estampa del típico pantallero criollo importado aquí: el tipo anda en un 4WD gigantesco, de esos con sunroof con unos cauchos de 33’’, con actitud de que el mundo es de él: música a todo volumen, vidrios abajo, mirando alrededor a ver quien lo ve. El tipo va bajando a toda velocidad por la Mitchell Freeway y decide darse una vueltas por el centro de Perth para darse un “toque técnico” y ver que levanta, porque “mi pana, tengo la nave así tipo urbano, para pasear por la ciudad”. Aquí me pregunto: ¿es necesario un 4WD para pasear por la ciudad? ¿Un 4WD no es para salir fuera del pavimento? En fin, nuestro amigo entra en la city, y mientras pasa va saludando a los transeúntes cual reina de carnaval. Así llega a la St. George Terrace y lo agarra el tráfico. Justo allí cambia la música que tiene en el iPod conectado al carro, y en las cornetas: el presidente del género, Don Omar. Suenan los bajos Ki-ti-pum, Ki-ti-pum, Ki-ti-pum. Y dice: Chuli como te sientes, “Suelta como gavete”, pues agarráte vamos pa’arriba como un cohete. Y el tipo se menea y menea con los bajos del regueatton. El 4WD salta -ayudado por los cauchos de 33’’- al ritmo de la estridente música. Y suena el coro: ella bailando es una bomba, deja que se rompa, que lavo su pompa…Y el tipo se asoma hasta el torax por el sunroof, bailando el ritmo boriquoso, dando clases de perreo in-situ, hasta que estalla la risa de todos los que van asomados en la cola de la St. George Terrace.

Esa es nuestra estampa, reza la sapiencia popular. Pero volviendo a la cultura Australiana, aquí mucha gente sí invierte cantidades considerables en cosas que no necesita, en pasatiempos que simplemente les gustan. Invariablemente esto involucra un grupo con el que te quieres identificar -otros a los cuales les quieres mostrar lo que haces o lo que tienes. Hay todo tipo de locuras, todo el mundo colecciona algo, o es fanático de cierto tipo de películas, y las tiene y se reúne con los que las tienen, o carros a control remoto, o camping. Y lanchas: mucha gente las tiene y las exhibe con orgullo y hablan de ellas (algunos parece que sólo saben hablar de eso) Aquí todo eso es normal. Se usa el término Cool para definir algo que es “chévere”. Cuando algo es Cool entonces vale la pena hacerlo o tenerlo. Y se acepta que otros lo admiren y lo quieran hacer o tener también. Allí entonces se usa el término “turning heads”: cuando vas por la calle con una ropa Cool y los demás voltean. Que otros volteen a ver lo que llevas, te hace sentir más Cool, sin ninguna connotación negativa.

Pero si es uno de los nuestros, entonces no se es Cool sino faramallero. Cosas de la vida.

Por cierto, ya por fin cambié de carro, abajo está una foto. Casi me olvidaba de ese detallazo.