Ayer en una conversación entre venezolanos nos preguntábamos cuales son los aspectos más resaltantes de nuestra cultura ¿qué nos identifica? Unos dijeron el baile y la música, otros las miss universo (cosa que ya quedo lejos en el tiempo) y otro dijo que actualmente el aspecto cultural que más destaca en Venezuela es que las niñas al cumplir los 15 años piden que les hagan los senos. Si, que les “monten” las lolas. Por el amor de dios si hasta hay psicólogos especializados en casos de adolescentes que se deprimen porque no tienen las 36B cuando todas las tienen en el colegio. Pero que se puede esperar si hasta los bancos tienen promociones en la televisión para prestar el dinero para la operación. Si antes de venir a Australia yo recuerdo haberme paseado por el centro comercial San Ignacio en Caracas y todas, pero absolutamente todas las niñas se veían como infladas, innaturales, caminando orgullosas con el pecho en alto y con escotes que hacían dudar si no se pusieron la blusa al revés. Entre las más mayorcitas también era popular el asunto; allí el caso era ir junto al novio o esposo a la consulta y escoger las pechugas en un catálogo entre los dos. Por toda la capital la silicona ganaba terreno; Caracas estaba convertida en una ciudad de mujeres de tórax trémulo, de caminar vibrante, que campaneaban sus regodeos al desplazarse.
Pero yo no venía a hablarles de lolas plásticas (discúlpenme las que las tengan, ustedes chicas están en su derecho de buscar sentirse bien como mejor les parezca) Yo venia a contarles sobre la depresión de idiosincrasia que ataca a los venezolanos en la actualidad. Y es que realmente mi país está muy mal en todos los aspectos pero sobre todo en el moral. Eso ha levantado una ola de rechazo al venezolanismo entre los venezolanos, y muchas veces esa es la excusa del que emigra de Venezuela: alejarse de Venezuela y sus venezolanos –que por ellos es que estoy como estoy. Después de todo, si en ese país pasa lo que pasa, y la gente hace lo que hace, algo debe estar intrínsicamente mal con los venezolanos.
Lo anterior se amplifica si nos comparamos con nuestros vecinos latinoamericanos. Todos están relativamente bien, algunos hasta cerca de ser países desarrollados como Chile. Centroamérica, Colombia, inclusive países de reciente coqueteo con el socialismo como Argentina, Brasil y Ecuador, todos están en un relativo buen camino. Y aquí nos deprimimos aún mas: ¿y entonces? Algo malo tenemos que tener en nuestra cultura o genes para que nos pase lo que nos está pasando a los venezolanos.
Hasta cierto punto el complejo de inferioridad que se nos ha desatado a los venezolanos es justificado. Realmente el país esta muy mal, pero esos son ciclos de maduración. Todos los países del mundo han pasado por ciclos de conflicto interno o externo: en el siglo 19 EEUU con su guerra civil, en los 30s y 40s Alemania y Japón con las guerras mundiales, más recientemente las guerras civiles de España y Portugal; Argentina, Chile y Brasil con sus dictaduras de los 60s-70s. Todos se las vieron muy mal (sobre todo moralmente) para luego renacer desde sus cenizas en un país mejor.
Todos los países tocan fondo y rebotan hacia arriba en ciclos. Casi todos los pueblos repiten esa crisis varias veces en el camino de su maduración. Y he aquí Venezuela, en el medio de su peor crisis. Ya ha tenido varias: la guerra de independencia, la post guerra, las dictaduras de los 30 y 50. De hecho era la democracia más antigua de America Latina en los 90 (en teoría todavía lo es) Parece que los ciclos tienen que ver con la mala memoria de los pueblos.
Pero si este ciclo fuera un simple ciclo como los anteriores, o como los de otros países del mundo, yo todavía estuviera en Venezuela –tan sabroso que era mi país. Yo hace 5 años calculé que este ciclo iba a ser mucho más largo porque existe algo que hoy diferencia a Venezuela de sus vecinos y de la Venezuela de otras épocas: El Petróleo y su alto precio.
El periodista Thomas Friedman del NY times desarrollo la llamada “Primera Ley de la Petropolítica”. Su artículo original en inglés está aquí y en español aquí (recomiendo la fuente en inglés) La mencionada ley postula lo siguiente, cito: “el precio del crudo y el ritmo de la libertad siempre se mueven en direcciones opuestas en Estados petroleros ricos en crudo. Cuanto más alto sea su precio medio global, más se erosionan la libertad de expresión, la de prensa, las elecciones libres y justas, la independencia del Poder Judicial y de los partidos políticos y el imperio de la ley. Y estas tendencias negativas se refuerzan por el hecho de que cuanto más sube el precio, menos sensibles son los gobernantes con petróleo a lo que el mundo piensa o dice de ellos”, cierro la cita.
Ah y por cierto, ya los venezolanos no tenemos que sentirnos acomplejados ¡La culpa la tiene el petróleo! No somos nosotros, es ese excremento del diablo... Bueno, obviamente no es el mineral el que tiene la culpa sino lo que hacemos los venezolanos con ese mineral -sino vean a Noruega- pero ya eso es harina de otro costal. No somos escandinavos ¿verdad?
8 comentarios:
Hola, Fer
Excelente tu post. Me gustó tanto que decidí escribir mi visión sobre el tema en mi blog.
Saludos!
Hola Fer:
Acabo de conseguir tu blog y llegué a el a partir del blog de Augusto. Me ha gustado mucho y te confieso que el post que está en "francés" casi me lo creo al principio. Todo lo que allí se dice es absolutamente cierto y es el punto donde trato de esforzarme más conmigo y con los míos, el inglés.
En relación al último post, estoy de acuerdo contigo en que es arriesgado hacer grandes generalizaciones. Sin ir muy lejos, ayer estando en el cine y mientras compraba las chucherías, se me cayó un billete de 10 (ahora BsF, "y que"). Ni cuenta me di, y como a los diez minutos de estar adentro, sentándome con mis hijos, una joven se me acercó y me dijo: "señora, se le cayeron estos reales". Había un gentío y ella hizo el esfuerzo de ubicarme y entregarme lo que era mío.Por supuesto me deshice en agradecimientos hacia la chica.
Me hizo sentir que no todo está perdido y que siempre es posible recuperarse de las cenizas, como apuntas en tu post sobre otros países.
Como mucho que estamos en la cola para inmigrar con nuestras familias, quisiera no alejarme de mi patria pensando en que estoy saliendo del Titanic en el último minuto.Además no creo que sea así. prefiero pensar en la enriquecerdora experiencia que significará el cambio y en las ganancias emocionales y sociales que aportaré a nuestra vida. Espero no estar errada en este enfoque, pero es lo que me hace sentir mejor.
Gracias Fer por tomarte el tiempo de compartir tus experiencias con tan buen humor y agudeza.
Felicidad para ti y los tuyos!
Mari, desde Caracas.
Augusto: gracias. El resto te lo comente en tu blog.
Mari: gracias de verdad.
Lo que pasa en Venezuela es por que se “alinearon los planetas” y nos toco. Ya le ha tocado a otros, ya ha tocado antes.
Saludos,
Hola Fer:
Con el tiempo veras que la relacion del inmigrante con su pais y en este caso el Venezolano, es una relacion de amor y odio.
Siempre debe haber una escusa para haber salido del pais una muy solida, una que nada que pase en el camino les permita retroceder.
Los que le hechaban la culpa a Ch, tendrian por logica que regresar si el saliera del poder, si era la situiacion economica, si esta mejoraba debian regresar, pero si se la achacas a la poblacion, ellos nunca van a desaparecer, por ende nunca van a retornar.
Pero no les hables de unas hallacas, una arepa reina pepiada o una cervecita bien fria en la playa jugando domino, que inmediatamente salen a comprar el pasaje de regreso.
Desde mi punto de vista el problema de Vzla. no se acaba hasta que la era mundial del petroleo se acabe, lo cual tomara mucho tiempo o por lo menos hasta el 2033 que es el ultimo projecto que tenia PDVSA, segun escuche antes de venirme. (o era el 2030).
Exitos,
Pedro
Hola Pedro,
Lo de las hayacas, las cervecitas frias en la playa y el domino, todo eso se hace aqui con frecuencia, no hace falta el pasaje.
Yo soy venezolano, me gusta serlo, no cambiaria por nada haber vivido la primera mitad de mi vida en el caribe. Tampoco cambio por nada el vivir la segunda mitad aqui.
Ese Ch que nombras, sera el Chapulin colorado?
Saludos,
fer hola!!!!! primera vez que leo tu blog y te digo: que bueno está!!!! te felicito en serio!!! muy buena narrativa y temas amenos ojalá sigas escribiendo... cuentanos de Perth si? estamos en el plan de emigrar a au y queremos saber como es la cosa por esa ciudad las mayores referencias vienen de sydney y melbourne, espero que sigas muy bien. saludos sol.
Ahora resulta que la culpa de este berenjenal es del oro negro. No mijo!, vamos a lo mas simple, quien està al frente del gobierno ha sido puesto por el pueblo, que desgraciadamente se dejò manipular y creyô en una oferta que hasta ahora no ha respondido a las exigencias de la poblacion. Es muy triste que esos recursos valiosos del petroleo, que tanto han servido para adoptar medidas paliativas no se inviertan en programas sustentables que configuren un adelanto y prosperidad en la calidad de vida del venezolano. Entonces, que nos queda? esperar los 15 o 20 años predecibles, esperando que el precio del petroleo baje para ver un poco de luz en esta hermosa patria? Sinceramente no creo que ese sea el panorama, este pueblo està tomando conciencia, reconoce que se equivocò en su elecciòn y esta dispuesto a enmendar su error. Claro, todavia quedan tarados y mediocres, que a la larga tendran que dejar sus deficiencias cuando la hecatombe sea de tal magnitud que les resulte dificìl soportarla
Anonimo enmascarado(a),
Lo del petroleo es una metafora literaria del en el post: obviamente la culpa no la tiene el mineral sino lo que hacen los venezolanos con el mineral -si no ve a la diferencia entre Noruega y Nigeria-.
Saludos,
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