Un inmigrante calificado es generalmente muy crítico. Este probablemente criticaba a su país, tanto que no aguantó y lo dejó por otro. Una vez que esté en el país de destino, adivina, adivinador, lo va a criticar también. Eso es lo que he observado hasta ahora. Me permito a continuación una lista de las críticas a Australia que a través de los años les he escuchado a los que adoptamos a este país, en orden de frecuencia, sin dar un juicio de valor detallado:
1. El sistema de salud: esta tiene que ser la crítica número uno, sobre todo si le ha tocado a uno vivir un “encuentro cercano del tercer tipo” en un hospital australiano. Incomprensible para nuestra cultura e íntimamente ligado al estilo de trabajar Aussie, ya le había dedicado unas palabras en un post anterior.
2. El sistema de educación: muy criticado entre los inmigrantes. Abordar esto con la mentalidad “si esta bien para los Aussies está bien para mí” es muy peligroso. El sistema funciona de una manera totalmente diferente a como funciona en America latina. Materia de otro –futuro- post.
3. Costo de la vida: de todas las críticas esta tal vez sea la más cierta. Australia es carísima en comparación a los EEUU –y los salarios no son tan altos como allá- Pero lo bueno tiene su precio. Es en Australia donde están 4 de las 10 primeras ciudades con mayor calidad de vida en el mundo, no en EEUU.
4. No tengo a acceso a una señora de servicio, y hago todas las tareas de la casa: no es que no exista, si existe, pero es carísimo –casi impagable-. Aquí no hay ciudadanos de segunda. La señora de servicio aussie también tiene derecho a calidad de vida ¿no?
5. Variedad de productos disponibles: en cuanto a ropa y accesorios de diseñadores, joyas, cualquier electrónico sofisticado (exceptuando computadoras) todo es caro y hay poca variedad. Australia no es la meca del consumismo para nada; es cierto, no lo niego. Es más, ni hay a quien pantallearle esas cosas porque todo el mundo aquí es muy sencillo.
6. Forma de trabajar relajada: incluye varios aspectos como la calidad de los servicios recibidos y la forma en la que se conducen los compañeros de trabajo –supuestamente relajados-, ya le había dedicado unas líneas anteriormente.
7. Provincianismo Aussi: guarda relación con el estilo de vida relajado. A veces se le señala a Australia como muy provincial y pueblerina, con centros comerciales que cierran a las 5:30pm todos los días, lleno de gente que usa cholas (sandalias) todo el tiempo. No importa si es Sydney o Perth, así luce el estilo de vida acá. Aunque hay algo de verdad en eso, también es cierto que a veces nos empeñamos en mirar a otros por encima del hombro. Lo dejo para otro post.
8. Comida: las críticas son sobre el sabor de ciertos comestibles, o que aquí no hay variedad, o que no hay cultura culinaria, etc. Mi opinión es que si la hay, y muy buena, como comentaba en un post anterior, sólo que no es –ni nunca va a ser- como la comida que me hacia mi mamá.
9. El alcohol en la juventud -entre otras cosas-: esta es sólo queja de los que tienen hijos adolescentes (o próximos). Se amplifica con el poco respeto que los adolescentes parecen tener con sus padres. Sin embargo pienso (y he comprobado) que los valores que se imparten en la casa son los que prevalecen, pero se requiere de un esfuerzo extra. De nuevo, materia de un post aparte.
10. Australia está muy lejos: esto, pues, no se puede cambiar. Al menos se tiene acceso a los recursos para visitar de vuelta, o traer a familiares de visita.
En cuanto a los aspectos positivos que se escuchan frecuentemente, siempre despuntan las oportunidades de inversión que hay en Australia. También se mencionan la cantidad casi infinitas de parques y lo cuidadas que están las ciudades. No se escuchan mucho los aspectos positivos porque, como dije al inicio, criticar es más sabroso.
El inmigrante por definición sufre su desarraigo. Familia, amigos, recuerdos imborrables, toda una cultura, quedaron atrás. Pero hay quienes deciden ser inmigrantes para siempre, y vivir una vida de quejas y lamentos en su nuevo país.
Yo, ya no soy inmigrante. Con un origen diferente, soy residente, soy ciudadano.