El otro día veía con atención en los noticieros vespertinos el reciente caso del gobernador de Nueva York Eliot Spitzer, hasta entonces apodado “Mr. Clean” por su reputación intachable. Al mencionado señor se le descubrió un desliz con una madame por cobrar. Luego se descubrió que los encuentros eran frecuentes. Después que no era una madame sino varias. En fin, que digo desliz. El pobre hombre patinó. Rodó. Y tuvo que renunciar a su cargo. Este caso dibuja como es trabajar en un país anglosajón. Si bien los australianos son un poco más relajados a este respecto que sus contrapartes estadounidenses, no tengo duda de que el honor y la reputación son los aspectos más resaltantes (y menos familiares para nosotros) de cómo se trabaja en estos países.
En este post narro mi versión sobre como es trabajar en Australia. No es sobre como conseguir trabajo ni sobre como tener éxito en tu trabajo, aunque parte del contenido pudiera servir para tales propósitos. A fin de cuentas me limito a contar mi visión de lo que he observado en estos años no sólo en Australia, sino que indefectiblemente tendré que comparar con lo que antes observé en los EEUU y Europa (mi trabajo me llevó hasta allá por periodos cortos, así como a varios países suramericanos) En fin, este tema es significativo para mi dado que todos pasamos la cuarta parte de nuestro tiempo trabajando y muchos consideramos el trabajo no sólo como un medio de subsistencia sino como una vía de expresión social, mental y hasta espiritual.
Primeramente quitemos del medio las cosas más superficiales y notorias:
Lo más obvio: los australianos en el trabajo casi nunca saludan -a diferencia de los EEUU-. Aquí son comunes sesiones de toreo en los pasillos, donde uno capa en mano le hace “una verónica” al australiano compañero de trabajo y ..!!Oleeee!! allá pasó el tipo al lado de uno y no dijo ni buenos días.
Como en todos los países desarrollados, se espera que hagas tu trabajo, nadie está detrás de ti. Si tu desempeño no es satisfactorio ni te vas a enterar. Se lo dicen directo a tu supervisor.
Australia soporta el balance entre el trabajo y la vida personal. Trabajar sobretiempo es muy pero muy mal visto. Los gerentes y personal con mucha responsabilidad están de alguna manera exceptuados de esta regla.
Los australianos te ignoran si piensan que no te necesitan. También es verdad que les encanta pensar que no te necesitan, en particular si eres nuevo o peor si tienes una posición de autoridad. Al principio en todos los trabajos es más que común asistir a reuniones donde todo el mundo habla de su negocio y nadie te dirigió la palabra ni te tomaron en cuenta para nada. Esto era similar en EEUU y Europa del norte.
Como una extensión de lo anterior; como al principio piensan que no te necesitan, nadie te quiere ayudar. Eso es así, a menos que preguntes. Si preguntas la comunicación generalmente es buena, pero puedes tener la seguridad de que nadie espontáneamente va a ir a ver como te va.
Yo pensaba que nosotros los latinos éramos chismosos, pero palideceríamos delante de los chismes que corren en los trabajos en Australia. Aquí definitivamente se habla fuerte sobre otros, rayando en la crueldad, pero nunca de frente al afectado.
Los australianos pasan horas y horas reunidos planificando como trabajar lo menos posible. Si, es así tal cual como suena. Esto al paladar latino le deja un saborcito a flojera y mediocridad, pero en el fondo (casi) siempre cumplen con los objetivos que se plantean.
Si usted cree que porque esto es un país del primer mundo todo sale bien usted se equivoca. Aquí trabajando puede pasar cualquier cosa. De hecho, este país funciona por acción y oposición. Usted en su puesto de trabajo propone acciones y otros se opondrán; igualmente usted debe oponerse a la acción de otros. Saber donde accionar y oponerse es parte del arte de trabajar aquí. Funciona como el parlamento en Canberra (congreso o asamblea en América latina)
Esta es una máxima en Australia para profesionales: nunca debes exponer tus emociones en ambientes de trabajo. El molestarse públicamente seria tomado como una falta de autocontrol. Igual si estas muy contento.
Hasta ahí creo haber descrito las mayoría de las superficialidades del trabajo en Australia. Vamos ahora al meollo del asunto, a los cuatro grandes, que deliberadamente introduje en los últimos cuatro puntos. Les llamo RPOE: Reputación, Planificación, Oposición y Expresión.
(continuará en el próximo post)
miércoles, marzo 26, 2008
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