miércoles, septiembre 24, 2008

La teoría del todo (2): ídolos de barro

Allí estaba ella, en la mesa. Vestida de negro, treinta y pico, muy posh, hablando un inglés británico que recordaba a una niña de colegio con faldita a cuadros y medias altas. Una que otra vocal larga en la pronunciación dejaba traslucir que en realidad era australiana, probablemente con educación en colegios privados. El motivo de la cena: una reunión de padres y representantes de la escuela. Los temas de conversación, de super alto nivel. La cena transcurrió muy bien, con altura, y fue justo allí, al final de la cena que ocurrió. Resulta pues que nuestra reencarnación de Lady Di, así, sin ton ni son y en el medio de un restaurante de lujo lleno de gente, ha decidido llevarse los dedos a la boca y chupárselos. Sí. Se los chupo. Cinco sabores: pulgar, índice, corazón, anular y meñique; uno por uno fueron a tener a la mucosa bucal de nuestra interlocutora, parece que le gustó mucho la comida. Y allá rodó el aura de glamour que la rodeaba. ¿Decepción? ¿Incongruencia? No, ya estamos acostumbrados. No es ni la primera ni será la última. Recuerdo que en otros países, muy desarrollados ellos, era igual, o ¡perdón! mucho peor. Australia es una maravilla comparativamente, pero la gente aquí todavía es mucho más relajada que nosotros en los modales y urbanidad (o nosotros vivimos mucho de las apariencias –lo cual es otra forma de verlo)

Muchos desde nuestra óptica latinoamericana, especialmente si no conocemos, tendemos a idealizar a los países desarrollados: “si ellos están tan bien, entonces todo allá tiene que ser mejor, comenzando por la gente. Tienen que ser más educados, más eficientes, trabajar más duro. Sino entonces ¿como llevan toda esa calidad de vida a su población?”. Recuerdo cuando acababa de llegar a Sydney, un amigo venezolano se empecinaba fervorosamente en que cruzáramos la calle por el rayado y que esperáramos por el semáforo. “Aquí todo el mundo sigue las reglas” militarmente nos decía; pero en la calle miraba a mi alrededor y veía a todos los transeúntes cruzando por donde les daba la gana y particularmente cruzando con el semáforo en rojo si no venían vehículos. Era y es un desastre. Probablemente cuando mi amigo iba de vacaciones a Nueva York no se daba cuenta de lo mismo porque lo miraba con otros ojos.

Desde que la gente es gente, si les dan oportunidad, van a buscar un atajo. Es así en cualquier parte del mundo. Una muestra desde nuestras vacaciones en Tailandia: miles de europeos del norte y australianos visitan Tailandia cada año. ¿Sabes que es lo que más les atrae?: el andar sin reglas. Muchos van a abusar, a manejar automóviles a cualquier velocidad y en cualquier estado de embriaguez, allá ensucian, rompen cosas, se comportan violentamente, usan y abusan de la industria del sexo, menores incluidas, y esto es lo que hace que este infame negocio prospere. Obviamente no se puede generalizar y no todos van a Tailandia para eso, pero muchísima gente sí va allá a abusar. Y cuando regresan a casa, en Europa o Australia, vuelven a ser unos angelitos cívicos obedientes de las leyes. Es curioso que en Tailandia los mala conducta sean este tipo de turistas, no los tailandeses.

Uno a uno, en promedio y ahorrando detalles, John Smith y Juan Pueblo son igualitos. A ambos les gusta un bochinche, ambos infringirían las leyes, y pueden ser violentos y abusadores si se dan las condiciones. Ciertamente no es por la gente común que en América latina hay tanta violencia y corrupción. No hay nada intrínsecamente malo con nuestra gente, no al menos en comparación a la gente de Australia o de Tailandia o de cualquier otra región. No hay nada malo en nuestros genes, no somos ni más ni menos flojos, ni violentos, ni prestados a delinquir, que cualquier otro.

Sin embargo la delincuencia, violencia y corrupción corren libres en América latina y no, por ejemplo, en Australia o Tailandia, este último siendo un país subdesarrollado y con pobreza. ¿Por qué? Es obvio, en estos países se hacen cumplir las leyes y en los nuestros no. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?

Opino que lo que hace la diferencia es ese uno o dos por ciento de la población: la dirigencia. Los líderes: gobierno, políticos, grandes empresarios, gerentes de empresa, tu jefe: ellos legislan, controlan las leyes, plantean las reglas que son timón para la economía, dirigen la educación, cobran o pagan impuestos, allí esta todo. Piénsalo de nuevo. Exceptuando a transnacionales privadas: ¿Cuántas veces has visto a los más tontos en los cargos más altos en cualquier empresa o servicio, particularmente los públicos, en nuestros países? Ahora hazte la misma pregunta en cuanto a gobierno y políticos.

Eso no ocurre en un país desarrollado. Aquí la gente común es similar a la gente de América latina pero la dirigencia australiana, o cualquier jefe en una empresa es sumamente preparado y competente. Lo mismo pasa en Tailandia, por lo que he podido ver y leer: no son sólo “pobres pero honrados”, sino que hay cultura de elegir a los más preparados para los puestos clave.

¿Por qué en Latinoamérica siempre terminamos eligiendo a los más incapacitados para que nos dirijan? Ese es un asunto cultural complejísimo para el cual un australiano –el que menos pensaba yo- me planteó una teoría la cual inspira el título de esta serie de posts; si la misma fuera cierta, lo explicaría todo. ¡Todo! Esa teoría la compartiré en un próximo post.

Posts relacionados: La teoría del todo (1): Asia y Latinoamérica.

jueves, septiembre 18, 2008

Cincuenta

Como este es mi post número cincuenta pensaba en hacer algo especial para celebrarlo. Se me ocurrió que tal vez debiera navegar por el río Swan en un yate de 50 pies con cincuenta amigos para que se nos salga la baba viendo las cincuenta mansiones en las cuales desearíamos vivir cada uno con vista al río, pero eso es un poco costoso. O quizás correr un maratón de cincuenta cuadras por Perth mientras toco cincuenta puertas para decir: “G’day!” a cincuenta personas, pero soy muy flojo. Entonces pensé en una mega parrillada en la casa con cincuenta personas (el record es de 48 -niños incluidos) pero hace mucho frío todavía.
Y mientras cavilaba, en pleno delirio de solemnidad, me di cuenta que el número cincuenta está íntimamente ligado a este blog. Cincuenta es “el número”; si alguien que sepa de numerología lee esto lo invito a que me ayude por favor. Veamos:

- Calculando el índice de éxito de este blog, sumando los objetivos iniciales por importancia tenemos: escribo sólo porque me divierte: 50%. Punto de información para los que se interesan por nosotros: 30%. Foro de discusión de las ideas que me dan vueltas en la cabeza: 20%. Ahora, si igualmente le resto en lo que realmente se ha convertido este blog da: punto de interés sobre nosotros: -10%. Foro de discusión:-10% (“en un blog no se discute nada mijo, es como en la vida real ¡si llevas la contraria te miran feo!”). Información sobre la vida en Australia:-30. Entonces tenemos: 50 +30 +20 -10 -10 -30. ¡Eso da cincuenta!

- La cantidad de visitas únicas diarias al blog (no sólo hits) se puede confirmar haciendo clic en el mapamundi a la derecha. ¿Y adivinas cuantas son en promedio diario, a veces más, a veces menos? Pues sí: ¡cincuenta! No salgo de mi asombro.

- Los cincuenta visitantes promedios diarios se distribuyen más o menos así, sin ser grupos mutuamente excluyentes: los que buscan información sobre Australia: 80%. Los que entran sólo por divertirse: 20%. Los que entran por primera vez, vuelvan o no: 10%. Los que entran para ver “lo que escribió ahora ese”: 15%. Amigos: 5%. Y los que genuinamente se interesan por como está creciendo la Viv y como están Yel y Fer: 4%. Eliminando el mayor y el menor, como corresponde en los índices estadísticos, tenemos: 20 +10 +15 +5 = cincuenta ¡no lo puedo creer!

- Hay en total 181 estrellitas en los 49 post anteriores (no, no las conté, el blog las calcula solo) Como casi siempre colocan 5 estrellas por post, entonces hay aproximadamente 36 puntuaciones (181 dividido entre 5) todas representativas de la gente que le gusta lo que se escribe aquí. La cantidad de comentarios: 343 (estos si los tuve que sumar), entonces da un promedio de 7 comentarios por post. Y hubo un comentario (el último de este post) donde me confundieron con un escritor de profesión, ese vale por 10. Hasta ahora va: 36 +7 +10 = 53. Pero han habido 3 comentarios prejuiciados, anónimos, de esos de gente que piensa que la vida sólo se puede vivir de una manera: la de ellos. De nuevo: 53-3 = cincuenta. Increíble ¿no?

- Debido a algunos emails y comentarios que recibí, escribí un post que dedicaba a los que (mal) interpretan literalmente lo que escribo. Ese era el post número 30. Creo que ese post lo entendió menos gente aún, como 20. Y no faltaba mas, 30 +20 es igual a: ya tú sabes.

- Muchas veces he querido tener otro tipo de blog, uno adicional o uno que sustituya a este. Si cuento la cantidad de veces que he querido haberlo hecho anónimo desde el principio y así poder decir lo que yo quiera: como 20; o las veces que he pensado en tener un blog donde sólo invente cuentos a prosa tendida: 20 veces lo he pensado; o que el blog no tuviera nada que ver con Australia sino con cuentos que pueden pasar en cualquier lugar: 20 veces más. O cuando quisiera que el blog fuera en otro idioma, algo más retador e interesante: écrire dans la langue de l’amour, ou escrever so malandragem, lo he pensado al menos 20 veces. Van 20 + 20 +20 +20 = 80. Pero el tiempo libre que tengo por semana para esto me da un número negativo: -30. Ojo: 80-30 da cincuenta.

- Me han dado ganas de dejar este blog al menos unas 100 veces y quedarme sólo con el Facebook enviando besitos y bebidas cariñosas. Pero luego pienso en los posts de pensamiento libre que me faltan por escribir: como 20; en las experiencias de la Viv que hay que compartir: cuando menos 10 más, y en los post donde he gozado un mundo escribiendo: mínimo 20. Nótese: 100 -20 -10 -20 = ¡cincuenta!

Sean que le queden cincuenta posts más, o cincuenta días de vida, o cincuenta años, y con todo el horror numerológico que se apodera de mí ahora: ante todo gracias a los que leen, muchas más a los que comentan y ¡vayan mis mejores deseos a este blog por su cincuenta post-numerario!

lunes, septiembre 15, 2008

Hola, acabo de leerme todo tu blog…

Lo siguiente es una cadena de emails publicados aquí con permiso del remitente.

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(Primer mensaje, hace 3 meses…)

Hola, mi nombre es Señor X, …...leí de ti a traves de tu Blog…
Sucede que mi familia y yo estamos pensando seriamente en decidir vivir en Australia (pensamos mucho en que la mejor opción es Perth), y hay un millón de dudas que me asaltan y quería saber si podías ayudarme a despejarlas……aquí voy……..
Hace 2 años recibimos la residencia permanente, nos preparamos para ir, vendimos TODO, pero, al final, los miedos, dudas y amigos que nos decían que no era lo mejor, que acá estamos bien y demás, que ustedes también deben haber pasado, nos echamos para atrás...

(resto del email solicitaba información específica sobre costos, la vida en Australia, beneficios, etc... para tomar una decisión informada sobre emigrar o no)

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(Mi respuesta, hace 3 meses…)

Hola señor X,

Lo que me preguntas es algo de lo que tu mismo te tienes que convencer. Te le responderé con lo que me pasó a mí. Yo no me hubiera venido si no me hubiera quedado sin país, lo cual no es tu caso por lo que veo. A mi me iba bien en Venezuela pero me tuve que venir a Australia para que me siguiera yendo bien.

Ahora ya que estoy aquí y en el buen sentido de la frase, hasta daría gracias -en lo personal- de que las circunstancias me obligaron a venirme. Dependiendo de lo que te guste, y sobre todo, si tienes hijos, la vida en América latina no es vida.

Eso fue mi opinión personal.

En resumen. En tu caso, yo -personalmente- hubiera cometido el error de no venirme.

Saludos,

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(Nuevo email de la misma persona recibido recientemente...)

Hola Fer,

Acabo de dar una nueva mirada a tu blog...quería comentarte que mi esposa y yo hemos tomado la decisión de irnos para Australia (concretamente a Perth).....

(el resto del email solicitaba información de suburbios en Perth, hotel para llegar, colegios, universidades y costos)

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(Mi respuesta)

Hola X,

Felicitaciones por la decisión. Espero que te hayas convencido por ti mismo. No todas las experiencias son iguales. No todas las personas son iguales. Australia si es la misma para todos. Por ejemplo, si eres demasiado apegado a la familia que dejas allá, aquí ese tipo de persona pasa mucho trabajo por la distancia –los he visto, literalmente se derrumban. Pero si eres apegado a tu familia nuclear –la que viaja contigo- entonces es otra cosa. Australia con tantos parques y seguridad es para ellos, para los niños. En fin, no soy quien para increpar tu decisión, pero si te puedo ayudar con algunas de las cosas que me preguntas:

El colegio para los niños es lo que va a decidir donde vas a vivir, dado que los colegios públicos aceptan sólo “local intake”, es decir, tienes que vivir en la zona. Aquí no importa que el colegio sea privado o público, lo que importa es que sea bueno. Los hay buenos privados y públicos (y malos también). Y aunque la mayor cantidad de colegios con reputación son los privados, resulta que la mejor secundaria de Perth es pública: Rossmoyne Senior High School. Esta secundaria también tiene el programa ESL (English as a second languaje) el cual es una ayuda a los niños de los inmigrantes, en tu caso indispensable. No todos los colegios tienen este programa. Por favor ve en la página de Rossmoyne y ve el “local intake”, esa es la zona que sugiero para vivir. Para los más chicos hay una Rossmoyne Primary School para primaria donde aplica lo mismo.

Acostúmbrate a los suburbios de Perth en la siguiente página. Allí inmigrantes discuten sobre los diferentes suburbios, ventajas, conveniencias, etc. También hay información sobre como y donde alquilar. Domain y Real estate son las páginas típicas para que te des una idea pero lo mejor –indispensable- es comprar el periódico cuando llegues los miércoles y Sábados, e ir a visitar las casas.

Para llegar, algunos han estado llegando a Perth a este apart-hotel. Tiene cocina –que es lo que necesitas, no podrás comer en la calle todos los días y menos con niños- y el precio es aceptable.

Respecto a las universidades, por favor ve en la siguiente página. En Australia si hay universidades públicas, o más bien subsidiadas, de hecho, de cierta manera todas lo son. En todas hay que pagar por los estudios. Hoy en día los ciudadanos australianos (y te puedes hacer australiano luego de haber estado aquí 4 años) pagan una fracción del costo de los estudios. Los que no son ciudadanos australianos (incluyendo a los residentes permanentes) pagan completo. Para ambos casos hay un sistema de préstamo (HECS-HELP para ciudadanos y FEE-HELP para no ciudadanos) con intereses bajos que el estudiante, futuro profesional, pagará a través del sistema de impuesto cuando tenga el ingreso suficiente. Si tienes hijos en edad universitaria es importante que leas la página indicada arriba.

Respecto a costos, trae todo lo que puedas. Los dos primeros meses entre hotel, electrodomésticos, depósito para alquiler de vivienta, etc, se van mínimo 15K. Luego disminuye, pero nunca menos de 2.2K/mes.

Espero haber ayudado.

Saludos,

jueves, septiembre 11, 2008

La teoría del todo (1): Asia y Latinoamérica

Mencionaba anteriormente que había quedado muy impresionado con la seguridad en Tailandia, particularmente en Bangkok. Bajo mi óptica, esa ciudad lo tenía todo para que al menos la delincuencia común prosperara, a saber: ocho millones de habitantes, una ciudad aplastante y salarios bajos con la consecuente -y notoria- pobreza. Todo un arquetipo del tercer mundo. Y en efecto, Tailandia es un país en vías de desarrollo pero, aun así, se puede caminar a cualquier hora y por -casi- cualquier lugar.

En particular a los bajos salarios en masa los relacionaba con la eventual aparición de la viveza criolla que siempre evoluciona en corrupción o delincuencia -especialidades de la misma rama. Es así en toda América latina (y parcialmente en EEUU donde el sueño americano no les llega a todos).

Pero eso no ocurre para nada en Tailandia. Me recuerda al dicho -que encontraba hasta ahora romántico e irreal- “somos pobres pero honrados”. No obstante, es así. Y no sólo es así en Tailandia, sino que también lo es en los demás países asiáticos, por ejemplo China y Taiwán.

Teniendo los países asiáticos tanta pobreza, -repito- hay demasiada gente y pocos recursos, la pobreza en Asia es dramática; si eso es así pero Asia es tan segura, con una delincuencia y sociedad tan controlada, entonces ¿Por qué con una pobreza similar o menor, Latinoamérica es tan insegura? ¿Por qué? ¿Por qué la vida allá vale lo que vale un carro, y a veces menos, lo que vale un par de zapatos?

¿Por qué? ¿Por qué, vale?

Encontrar respuestas a esa pregunta guarda una cercana analogía con la reciente puesta en servicio del Large Hadron Collider o LHC. Esta es la mayor y más compleja máquina hasta ahora construida por la humanidad; se trata de un acelerador de partículas construido para hacer chocar rayos de protones y así estudiar las partículas resultantes. El LHC fue puesto en servicio la semana pasada en la frontera entre Suiza y Francia con la colaboración conjunta de físicos de 34 países. ¿Y para que sirve ese aparato? El propósito del LHC es el de producir la única partícula que todavía no ha sido detectada –el bosón de Higgs. Esta partícula serviría para validar la teoría de la materia, así como explicar completamente a la gravedad, el electromagnetismo y la fuerza nuclear, entre otras. En fin, se estaría arribando al santo grial, a la partícula que daría origen a la teoría del todo.

Y finalmente todo quedaría explicado. ¡Todo!

Sé que suena osado intentar darle explicación al mayor problema que tiene América latina por delante. Sin embargo, lo que observé en Asia, unido a mis experiencias anteriores, lo que he estado leyendo y sobretodo una reciente conversación con un personaje Australiano, me han dado un punto de vista tan diferente que al menos merece ser compartido aquí -en el próximo post.

Mientras tanto queda colgado entre líneas: ¿Por qué en nuestros países hay tanta inseguridad social, tanta violencia? ¿Por qué?

lunes, septiembre 08, 2008

Decálogo decadente Tailandés

Directo desde nuestras maravillosas vacaciones y sin cabida a más introducción, aquí está el Top Ten Thai:

NÚMERO 10:
Disco inédito en Tailandia de José Luís Rodríguez -El Puma- en su época con La Billo’s:

NÚMERO 9:
Hasta ese momento no había visto a ninguna mujer musulmana en la playa:

NÚMERO 8:
La profesión más vieja del mundo nunca duerme en Tailandia. Esta foto es a las 10:30am:

(Esta industria es muy extendida y hace a Tailandia tristemente célebre en el mundo)

NÚMERO 7:
Rancho tailandés en el mar de Andamán (y había muchos más):


NÚMERO 6:
Estos avisos estaban por todas partes en Phuket, no muy estimulante para unas vacaciones:

NÚMERO 5:
Trajes de baño a la medida:

NÚMERO 4:
Mucha gente va a Tailandia a hacerse trajes copiados de diseñadores famosos a la medida. Los precios son sorprendentes bajos:

NÚMERO 3:
Aquel día, en plena Asia, sin nada familiar alrededor, pase al lado de la portada del periódico -del cual no entendía ni papa- y vi de reojo a la chica del cuadro pequeño y dije: “¡epa! ¿Qué paso ahí?” (Interprétese: ese corrientazo que da cuando vez algo demasiado, desmedido, exageradamente familiar)

Y en efecto, era Dayana Menoza que había ganado el Miss Universo la noche anterior y nosotros ni sabíamos. El grito de la sangre que llaman.

NÚMERO 2:
Para todos aquellos amantes de la más reciente cadencia boricua (¿Por qué será que Puerto Rico acapara toda la música del Caribe?) Para leerlo sentado. Sin más, señoras y señores: nos pusieron Regueatton en el boxeo tailandés (ver video):


Yo me perdí toda la historia del regueatton en el caribe. La sigo de lejos; a lo mejor algún día escribo sobre mis impresiones. Lo cierto es que aquí he visto a más de uno que dice que lo odia bailándolo “agachao”.

Y finalmente, LA NÚMERO 1:

Mira a esta princesita japonesa. Que linda ¿no?

Mira de nuevo. Como dirían aquí: “sorry mate, it’s a bloke!” (lo siento pana, ¡es un tipo!) A esta otra, del mismo show, se le nota más:


jueves, septiembre 04, 2008

The aussie way (3): Mateship

Todas las culturas tienen un aspecto que destaca por encima de los demás, ese “talante” que caracteriza al país o región. Lo que es la competitividad para los norteamericanos, el apego por los detalles artísticos para los franceses, o la calidad para los japoneses, tiene su equivalente en Australia. Este es para mí, sin duda alguna, el mateship.

Lo escribo en inglés porque no se trata de simple compañerismo; es algo difícil de explicar en palabras, pero temerario como soy lo voy a intentar. El mateship se basa en el principio de que todos somos iguales, y de allí se deriva que nadie deba osar destacar por encima de los otros. Esto es particularmente cierto en grupos de trabajo o de amigos, pero también es aplicable a la sociedad en general. El mateship está en el centro del australianismo y es la fuente de la cual se alimentan casi todos los clichés de lo que significa ser aussie. Es idéntico desde Brisbaine hasta Perth, y por eso sostengo que este es el país más uniforme que he conocido (por ejemplo hay muchas más diferencias entre Nueva York y Los Angeles, o entre Bogotá y Medellín que las que hay entre la gente de Sydney y Perth)

El mateship tiene sus códigos, por ejemplo un good bloke es un tipo que trabaja duro el cual se ha construido una reputación entre sus mates a base de compañerismo, participación y mucha (muchísima) humildad. En Australia se entra a un grupo siempre por alguna actividad: trabajo o grupo de interés (hobbies o comunitario) y para ser considerado un good bloke es imperativo hacer tu trabajo bien; no vale -como en otras partes que no quiero mencionar- sólo ser simpaticón. Igualmente, ser humilde -low key- es muy importante; tanto que lo más admirado, y requisito indispensable para ser jefe o gerenciar lo que sea, es que uno finja ser menos de lo que en realidad es: típicamente los jefes exitosos son aquellos que andan con el blue jean roto, hacen BBQ, toman cerveza y se ensucian las manos “allá abajo” con sus subordinados. Otra situación típica de low key es cuando en un grupo alguien comienza a exaltar las cualidades de uno. Aquí uno debe (tiene que) dirigir la conversación hacia otro lado y mostrar que uno está ruborizado. Complicado ¿no?

Pero si eres realmente un tipazo de humilde y colaborador, entonces estás en peligro real de pasar al estatus de, oh dear!, serías un top bloke. Este es el desideratum de la sociedad Australiana y generalmente allí se accede después de mucho esfuerzo. Típicamente allí están las personas que se destacaron en algún deporte (otra de las vacas sagradas Aussies) o personas con mucho carisma. Pero, no es el mismo carisma latino de vivo criollo, no, para nada. Es alguien muy humilde, que se relaciona bien -según los códigos locales- trabajador, con los pies en la tierra, y es en cierta forma divertido, que da gusto emprender algo con él.

En este punto alguien estará pensando que el mateship es algo que es aplicable en todos partes del mundo. Y lo era, por ejemplo en América latina en ciertos sectores –por ejemplo corporativos o transnacionales. Sin embargo, los latinos no tenemos la igualdad como un valor, y de alguna manera más bien tenemos valores contrarios. En ningún lugar, que yo haya conocido o leído, hay todo un país tan alineado con los valores de igualdad y humildad como Australia, y es a todos los niveles sociales, que por cierto, diferentes niveles sociales sí existen aunque casi nadie le gusta hablar abiertamente de ello (porque se supone que todos somos iguales ¡eso es!)

Hay muchos códigos con los que se expresa el mateship, por ejemplo con la archiconocida expresión “mate” (compañero, amigo) para llamar a alguien que se escucha por todos lados. Esta, dependiendo de la entonación y situación puede expresar muchas cosas diferentes, incluyendo una cierta carga despectiva, pero generalmente expresa mateship.

El mateship a nivel personal es muy blockey -de hombres- y en general Australia todavía arrastra una cultura machista (pero avanza muy rápido hacia la igualdad de los sexos) Para que se vea la naturaleza de la relación entre mates, aquí una amistad entre hombres es una admiración mutua y un compinchismo tal que llega al punto de dos amigos irse de vacaciones por una semana o más a pescar o surfear juntos, lejos a otro país, y dejar a las mujeres y niños en la casa (cosa inaudita en otras partes del mundo) Aquí si alguien es tu mate personal, es un vínculo irrompible para toda la vida.

Con el mateship o compinchismo de grupos en el trabajo hay que tener cuidado, y he sido víctima de este mucha veces, sobre todo al inicio en un nuevo rol o proyecto donde todavía no me aceptan en el grupo. También con esta manía de ser todos iguales, Australia se presenta como uno de los sitios más difíciles para ejercer autoridad y liderazgo. Aquí existe esa idea en el imaginario popular de que ellos no necesitan jefe (el muy aussie tall poppy syndrome: rechazo a todo aquel que se destaca). Los que tenemos a personal aussie reportándonos nos las vemos negras si no conocemos los códigos del mateship. Sin embargo me he beneficiado muchas más veces de lo que me he perjudicado de la unión que existe en un grupo cuando este está cohesionado.

Realmente hay que tener hielo en las venas (o no entender la mano) para no sentir admiración por este valor tan australiano. Si yo hubiera crecido aquí, verdaderamente me sintiera muy orgulloso.

See ya later, mate!

lunes, septiembre 01, 2008

Being “Cool”

Anoche tuvimos el placer de asistir al concierto de Andrea Bocelli en el Burswood Dome. Apoteósico, para que decir menos. La tarantella, el barbero de Sevilla, la cavalleria rusticana, todas fueron cantadas, junto a los clásicos pop. Todo muy bueno, aunque los asientos un poco incómodos. En el intermezzo me di a la tarea de analizar a la fauna del evento.

La gran mayoría de los asistentes vestía sus mejores galas. Casi todos vestidos de oscuro, había corbatas, las mujeres con trajes largos, todos portaban sus mejores sonrisas. Había grupos que se conseguían con otros grupos, besos y abrazos iban y venían. El ambiente era cheerful total. Un sitio para ver y dejarse ver, para mostrar que estás “in”. Me quedo pensando que en esta cultura mucha gente hace cosas para mostrarse a los demás, sólo para que los vean, y para relacionarse con otros. Esto me recuerda a una de las tantas vacas sagradas nuestras, el axioma según el cual el típico caribeño “compra cosas que no necesita, con dinero que no tiene, para aparentarle a gente que no le importa”. Tú sabes como es.

Me imagino la estampa del típico pantallero criollo importado aquí: el tipo anda en un 4WD gigantesco, de esos con sunroof con unos cauchos de 33’’, con actitud de que el mundo es de él: música a todo volumen, vidrios abajo, mirando alrededor a ver quien lo ve. El tipo va bajando a toda velocidad por la Mitchell Freeway y decide darse una vueltas por el centro de Perth para darse un “toque técnico” y ver que levanta, porque “mi pana, tengo la nave así tipo urbano, para pasear por la ciudad”. Aquí me pregunto: ¿es necesario un 4WD para pasear por la ciudad? ¿Un 4WD no es para salir fuera del pavimento? En fin, nuestro amigo entra en la city, y mientras pasa va saludando a los transeúntes cual reina de carnaval. Así llega a la St. George Terrace y lo agarra el tráfico. Justo allí cambia la música que tiene en el iPod conectado al carro, y en las cornetas: el presidente del género, Don Omar. Suenan los bajos Ki-ti-pum, Ki-ti-pum, Ki-ti-pum. Y dice: Chuli como te sientes, “Suelta como gavete”, pues agarráte vamos pa’arriba como un cohete. Y el tipo se menea y menea con los bajos del regueatton. El 4WD salta -ayudado por los cauchos de 33’’- al ritmo de la estridente música. Y suena el coro: ella bailando es una bomba, deja que se rompa, que lavo su pompa…Y el tipo se asoma hasta el torax por el sunroof, bailando el ritmo boriquoso, dando clases de perreo in-situ, hasta que estalla la risa de todos los que van asomados en la cola de la St. George Terrace.

Esa es nuestra estampa, reza la sapiencia popular. Pero volviendo a la cultura Australiana, aquí mucha gente sí invierte cantidades considerables en cosas que no necesita, en pasatiempos que simplemente les gustan. Invariablemente esto involucra un grupo con el que te quieres identificar -otros a los cuales les quieres mostrar lo que haces o lo que tienes. Hay todo tipo de locuras, todo el mundo colecciona algo, o es fanático de cierto tipo de películas, y las tiene y se reúne con los que las tienen, o carros a control remoto, o camping. Y lanchas: mucha gente las tiene y las exhibe con orgullo y hablan de ellas (algunos parece que sólo saben hablar de eso) Aquí todo eso es normal. Se usa el término Cool para definir algo que es “chévere”. Cuando algo es Cool entonces vale la pena hacerlo o tenerlo. Y se acepta que otros lo admiren y lo quieran hacer o tener también. Allí entonces se usa el término “turning heads”: cuando vas por la calle con una ropa Cool y los demás voltean. Que otros volteen a ver lo que llevas, te hace sentir más Cool, sin ninguna connotación negativa.

Pero si es uno de los nuestros, entonces no se es Cool sino faramallero. Cosas de la vida.

Por cierto, ya por fin cambié de carro, abajo está una foto. Casi me olvidaba de ese detallazo.