En libros y películas o cualquier otra manifestación del arte frecuentemente me consigo con la metáfora en la cual el amor es representado por el fuego. Esta es tal que la chispa, el combustible y la intensidad del fuego representan a la causa, la existencia y la magnitud del amor.
El amor de pareja surge de la atracción entre el hombre y la mujer -la chispa. Para que este amor exista, hay que añadir respeto mutuo, madurez, picardía, sensualidad, sexualidad, ingenio, admiración; son tantas las cosas que se necesitan como combustible que nunca terminaría la lista. Si se varía la dosis de combustible varía la intensidad, y dada la complejidad del combustible, este tipo de amor es el que presenta más altibajos. Algunos se queman con este amor y las quemaduras le quedan para toda la vida.
Con el amor entre amigos y hermanos es mucho más sencillo. La chispa está en la complicidad y camaradería que surgen de compartir tiempo juntos. El combustible serian las cosas en común y admiración mutua. La llama es más o menos estable, una vez que se dispara la chispa y tienes un amigo –de verdad- este suele ser para toda la vida.
En cambio un padre ama a su hijo desde el nacimiento. La llama de este amor se intensifica gradualmente con las sonrisas, muecas, gracias, comunicación afectiva. Luego de eso, un padre protege, y ama a su hijo con una magnitud equivalente a la necesidad del hijo de ser protegido. A veces los padres piensan que los hijos deben ser protegidos toda la vida. A veces no.
Pero el amor de madre, este surge antes del nacimiento e inclusive antes de la fecundación. Esta chispa hace ignición con el deseo inconciente de una mujer de ser madre. Esta llama es la única que no necesita combustible y desde la chispa inicial sólo puede crecer en intensidad; se intensifica a veces lentamente pero otras veces muy avivadamente disparada por eventos que tienen que ver con la independencia y felicidad del hijo. Así, una madre ama más y más a su hijo cuando este aprende a hablar, cuando trae logros de la escuela, cuando se gradúa; típicamente esta llama se aviva de repente ¡cuando el hijo se casa! Pero nunca la llama de este amor se intensifica tanto como cuando un hijo parte, se va lejos a otras tierras, ya educado y completamente independiente. Justo en el momento de ese hasta luego, este amor es similar al destello de una vela cuando está apunto de apagarse que se intensifica en una explosión de azules para luego desaparecer repentinamente, pero se apaga sólo por un par de segundos, porque la llama se reaviva inmediatamente, ahora con mayor luz, porque esta llama sólo puede crecer en intensidad. Una madre sólo puede amar más, nunca menos. Una madre es feliz cuando su hijo es feliz.
Feliz día de las madres mamá.
domingo, mayo 11, 2008
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3 comentarios:
..Y feliz dia de las madres a Yel! y a todas esas madres que conocemos (ellas saben quienes son) y tambien a las que no conocemos. Feliz dia de las madres a todas!
Que lindo!!!!!!!!!
Si papi, tu lo has dicho, uno es feliz en la medida que ve a sus hijos felices. El amor de madre no anda con ambiguedades, es algo eterno, yo diria que nace y crece en la misma proporciòn, es una luz que nunca se apaga y mantiene su fuego encendido a pesar de las adversidades.
Adelina.
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